• 3 de diciembre de 2024, 13:45
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¡Qué mal estábamos!

Por Eduardo de la Serna

No cabe ninguna duda:


Estábamos mal y te subsidiaban el precio del trasporte

Estábamos mal y la escuela no te cobraba lo que quería

Estábamos mal y el gas no te cobraba lo que quería

Estábamos mal y la luz no te cobraba lo que quería

Estábamos mal y el PAMI te daba un montón de medicamentos gratis

Estábamos mal y nos llevábamos bien con China

Estábamos mal y nos llevábamos bien con Brasil

Estábamos mal y no te reprimían si protestabas

Estábamos mal y las paritarias funcionaban libremente

Estábamos mal y había obra pública que mejoraba la vida de todos

Estábamos mal y no nos “comprábamos” conflictos que no son nuestros, como en Ucrania o Israel

Estábamos mal, pero las decisiones las tomábamos nosotros, no el embajador yanqui

Estábamos mal, pero había trabajo formal, aunque los sueldos no alcanzaran

Estábamos mal y en los comedores había comida

Estábamos mal, pero veías a las autoridades trabajando para salir, y no tuiteando 

Estábamos mal y teníamos una inflación del 150%, no del 250%

Estábamos mal, pero las jubilaciones aumentaban cada tres meses

Estábamos mal y el poder judicial estaba contra el pueblo

Estábamos mal y al gobierno no le votaban leyes, como la del presupuesto

Estábamos mal y nos uníamos a los BRICS

Estábamos mal, pero había un Estado presente, no uno que te decía “arréglense ustedes”


Estábamos mal … ¡qué duda cabe! Lo que no nos parece sensato es que para estar mejor tengamos que estar más mal que antes. ¿Éramos nosotros los culpables de estar mal? ¿Estamos nosotros los que aumentábamos los precios y remarcábamos a diario? Perdón… debo estar entendiendo mal, pero, ¡claro que estábamos mal!, pero no parece lógico, ni sensato, ni justo, que se perjudique a los que estábamos mal y se beneficie a los que lo provocaban. ¿Y si probáramos empezando desde abajo?

Fuente: Liliana López Foresi

Editorial