Si me permite
Señora:
Vengo a avisarle que sus descamisados
-sus grasitas-
Andan tristes,
y hambrientos,
desolados
de esa desolación que arrastra pies
y marcha sin anhelo.
Y es que
un par de dirigentes,
Evita,
Han birlado su nombre
para llevarlo
a la derrota hecho jirones
Y andan diciendo
(gorditos y cebados)
que hay que llenar la política
de pobres
¿Cómo de pobres?
¿Y la Movilidad Ascendente?
¿Y el Progreso Social?
¿Y la Revolución, Señora?
Mire que no pedimos demasiado:
Trabajo,
Dignidad,
Que no arruguen
La voz de nuestros sueños…
Digamé: ¿Cuándo llega la hora,
de las cenizas de esos pocos
para que los humildes levantemos,
definitivamente,
nuestra Patria?
Para ir terminando
también quería decirle,
Señora,
Que hay millones que pegan su estampita en la esperanza
Y muerden
rabiosos
los entresijos de su nombre
Y oran
acechando ese escarmiento
que promete tronar
como la voz de Juan
Perón,
el presidente,
el hombre…
Pero nunca
el jefe espiritual del Movimiento
Que ´Pa eso está usted
Que es nuestra Madre:
Amiga
Hermana
Eterna
Compañera…
COMPAÑERA!
* Lic. en Letras. Escritor.
* Ilustración: Nora Patrich.