Acá me pongo a payar
contra los abusadores
-sean señoras o señores-,
aunque es la impura verdá
que la Masculinidá
se yeva los dishonores.
Vamo a partir `e una base:
el abuso es ruin poder
que sólo se ha de ejercer
sobre el que está más abajo:
en el hogar, el trabajo…
siempre hay a quien someter.
Eso, claro, siempre y cuando,
uno sea sometedor;
hay veces que un superior
no se aprovecha `e su rol,
y sabe guardar control
ante cualquier inferior.
Pero son tiempos violentos,
ya lo dijo Tarantino,
no hay que ser muy adivino,
todo está a la vista `e todos…
¡Se ha intronizao el mal modo,
y esto hace pobre al destino!
¿Qué dentra en ese mal modo?:
balas, palizas, ensultos…
Tipos que esgrimen el bulto
y con la lengua amenazan,
otros que usan las tenazas
aprovechando el tumulto.
Cuantos más altos los mandos,
mayor el sometimiento,
y más grande el sufrimiento,
y muchos más los sufrientes…
¡Oiga, señor Prescindente,
lo gritan los cuatro vientos!
Gobernar por dnu,
es abusar `el Congreso,
como dejarlo en receso,
diclararlo innecesario…
¡Y a congresales, otarios,
tratarlos como teresos!
Abuso violento es
prohijar fuga `e divisas;
y con la misma sonrisa,
vaciar el Banco Central…
¿Parece antinatural?
¡Pues es parte de esta misa!
Abusos violentos son
despidos y tarifazos,
menistros con sus zarpazos,
la crueldá `e Gendarmería…
¡La Patria no merecía
ansí, de golpe, este ocaso!
Y áura los istoy dejando,
via seguir mi derrotero,
si quieren que sea sincero:
¡Yo me doy por abusao!
¡Se los firma, aún no doblao,
Payador Perecedero!