• 21 de noviembre de 2024, 6:51
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Futbolistas millonarios y los paraísos fiscales

Por Juan Roberto Presta

Los mexicanos tampoco están exentos: Héctor Herrera y Diego Reyes fueron implicados en empresas off-shore en la Isla de Malta para eludir el pago de impuestos y hay muchos casos más.

Es sabido que los futbolistas de primer nivel del mundo ganan mucho dinero y no se sabe de ninguno que los haya invertido en alguna empresa productiva. Muchos tienen (y se lo merecen) verdaderos palacios, una colección de automóviles de alta gama y hasta su propio avión privado, pero también tienen “Fundaciones” cuyo objeto es incierto, pero sirve para pagar menos impuestos y empresas fantasmas en paraísos fiscales.

El mundo vive una discusión, que parece perdida, entre el valor de los productos y el valor del dinero. El mundo financiero se está imponiendo al mundo productivista, por lo que el dinero se reproduce en una “timba financiera” donde se apuesta a papeles y no a cosas esenciales como los alimentos, la vestimenta y hasta la energía.

En ese contexto los asesores económicos de los futbolistas los instan a “esconder su dinero” en paraísos fiscales como Panamá, Andorra, las Islas Caimán, las Islas Vírgenes de Estados Unidos y hasta algunas ciudades de Estados Unidos en los estados de Nevada, Wyoming y Dakota del Sur, donde no se pagan impuestos y se elude en pagarlos en el país donde viven. Esto se hace creando empresas fantasmas, que triangulan ese dinero para ocultarlo de los fiscos.

Muchos futbolistas top y otros deportistas están teniendo problemas legales porque sus declaraciones de ganancias no concuerdan con la realidad. En los últimos días la Unidad de Inteligencia Financiera de los Estados Unidos denunció al futbolista argentino, Javier Mascherano, actualmente en Estudiantes de La Plata, por cuatro giros que realizó entre 2015 y 2016 de más de un millón de dólares a las Islas Vírgenes por intermedio de una empresa Alenda Investiments Limitada que lo tiene como titular de la misma. Según indica el informe, ese dinero pasó por Estados Unidos, fue a Portugal y de allí a Uruguay a través de transferencias bancarias. Mariano Aguilar, abogado del futbolista, dice que ese dinero se usó para inversiones inmobiliarias en la costa uruguaya, pero los números no dan. El volante ya había tenido problemas con la justicia española que le descubrió una defraudación por más de 1 millón y medio de euros y fue condenado a un año de prisión, que después se arregló con el pago de 1.750.000 euros, incluida la multa.

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Futbol y negocio. Foto: Cortesía

Esta historia no es diferente de la de la mayoría de los futbolistas de élite. Solamente en Argentina están siendo investigados Lionel Messi, Carlos Tévez, Gonzalo Higuaín y Ángel Di María. Messi pagó en España una multa superior a los dos millones de euros por falsear su declaración de impuestos, Tévez está investigado junto al ex presidente Mauricio Macri y el entrenador Guillermo Barros Schelotto por una maniobra con una empresa que generaba energía eólica, que fue comprada por empresas donde están involucrados los tres y vendida por seis veces más a una empresa española, durante la presidencia de Macri.

Gonzalo Higuaín y Ángel Di María fueron involucrados en 2016 en la causa conocida como Football Leaks por evadir dinero por medio de paraísos fiscales.

No son la excepción, en los últimos años fueron descubiertos en delitos fiscales el ex jugador serbio, Dardo Kovacevich, el francés Michel Platini, el golfista estadounidense Nick Faldo, el delantero brasileño-español Diego Costa, Cristiano Ronaldo, James Rodríguez, Ricardo Carvalho, Pepe, José Mourinho, Radamel Falcao y Fabio Coentrao, entre otros.

Los mexicanos tampoco están exentos: Héctor Herrera y Diego Reyes fueron implicados en empresas off-shore en la Isla de Malta para eludir el pago de impuestos y hay muchos casos más. Tantos que parecen la regla y no la excepción.

Por supuesto que esto no pasa solamente en el ámbito del fútbol, lamentablemente los ricos se están haciendo cada vez más ricos, en una sociedad mundial injusta donde cada vez hay más pobres que no llegan ni de cerca a sus necesidades básicas. Por eso tendrían que cambiar las reglas de juego para que haya un reparto más justo de la riqueza, pero eso es una utopía.

Fuente: Maremoto (Maristain)

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