• 19 de abril de 2024, 19:45
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Extraño pasaje

Por Abel Roth

El pasaje Discépolo tiene una cuadra apenas y se extiende desde Callao y Lavalle hasta Corrientes y Riobamba, en el barrio de Balvanera. Por allí transitó el primer tren, La Porteña, que circulaba desde 1857 entre la estación del Parque (hoy Tribunales) y Flores. Al levantarse el ramal y llevar la estación terminal a Plaza Once, quedó como un pasaje de forma extraña. No es el único de esas características como se afirma; el pasaje Caminito en La Boca tiene un origen similar.

En esa calle funcionaba en 1981 el teatro El Picadero donde se realizó el ciclo Teatro Abierto, un grupo de actores y actrices reunidos en torno a Osvaldo Dragún puso en escena 21 obras breves - desafiando la falta de expresión que había durante la dictadura- y reunió a una buena cantidad de espectadores que habían vivido el "exilio interno" en ese nefasto período. Poco después, en agosto de ese año, el teatro fue víctima de un incendio intencional. El edificio sería alquilado en 1985 y funcionaría como estudio de filmación.

Sería reabierto en 2001 pero la crisis de ese año haría que se cerrara pronto. En 2007 un emprendimiento edilicio haría que se intentara su demolición, pero fue detenida por un recurso de amparo que les hizo recordar a los empresarios que había una ley que permitía demoler un teatro sólo si se construía otro.

El Picadero sería vendido en 2011 y reabierto como teatro en mayo de 2012. Del edificio que era antes del incendio sólo se conserva la fachada original.

En cuanto al pasaje, uno de los cien que existen en Buenos Aires, se ha hecho calle peatonal y por suerte se puede recorrer,  al contrario de otros pasajes que fueron cerrados al público en los últimos años, como el pasaje La Piedad o el Don Bosco.

La calle durante mucho tiempo se llamó pasaje Rauch, este oficial alemán, famoso por su crueldad en las campañas contra los indios y lanceado por el cacique Ranquel conocido como "Arbolito" quien dio fin a su carrera de exterminio, el pasaje cambió su nombre para homenajear al gran compositor de tangos Enrique Santos Discépolo, curiosamente a Rauch se lo premió con el nombre de otro pasaje, esta vez en Almagro.

En una de las charlas que se realizaron con la apertura política post guerra de Malvinas, el escritor David Viñas nos recordaba refiriéndose al incendio del teatro y citando a Osvaldo Bayer, que  "casualmente Rauch en alemán quiere decir incendio"...

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