El pintor del peronismo Daniel Santoro se pasea por el estudio atiborrado de sus últimas obras, que va explicando desde su humor característico hasta recalar en un cuaderno de apuntes en donde boceta, afincado en los bares. Ideas que después serán trasladadas, o no, a las pinturas: muestra divertido el Manual de Niño Neoliberal, el apartado “para aprender a reír como un CEO”, pasa página y señala una Evita, cuyo rodete funciona como una “glándula fractal del exceso de goce del negro peronista” o los distintos fálicos suplementos masturbatorios “para gestionar su pequeño placer”.
—Fuiste noticia por tu intervención en el edificio de la sede Azopardo de la Confederación General del Trabajo.
—Sí, me convocaron y me interesaba dejar algo ahí. Más allá de las conducciones es un lugar importante para el peronismo. Así que hice algo en las paredes del Salón Vallese: la historia del peronismo y del Movimiento Obrero. Una conjunción de ambas historias. Está el 17 de octubre, Vallese, está Rucci, Ubaldini. Una historia ilustrada.
—Un edificio que además usás mucho en tu obra.
—Sí, estoy pintado el interior del edificio que a su vez yo pinto en muchos cuadros. De hecho, ahí adentro está pintado a su vez el propio edificio: hay una especie de caja china. El edificio como objeto estético es muy repudiado por el mundo del arte, como si fuera lo más bajo que se podría caer. Aunque es un buen edificio, lo hizo Jorge Sabaté que es un arquitecto racionalista tardío pero muy bueno. Sería un art decó, no es bastardo, no es que no tenga filiación estética, al contario. Se lo repudia por lo que representa. El edificio de la CGT es la sede del vientre de la bestia. El lugar más repudiable, los gordos, la burocracia sindical. La izquierda lo repudia, la derecha también; el peronismo tampoco lo asume del todo. A mí me gusta estar en esos lugares problemáticos, valorizar eso está buenísmo. El Salón Vallese es bárbaro. Ahí dio Perón los cursos de actualización política, daba cursos Evita. Es un lugar muy transitado por la historia del peronismo. Evita quiso descansar ahí. El cuerpo de Evita estuvo allí varios años. Ahí arrancó su idea de la Acción Social, por ejemplo. Por eso el Edificio de la Fundación Eva Perón está enfrente. Tiene algo de la perspectiva Nevski, la perspectuva justicialista está ahí en la avenida Independencia.
"El peronismo transgrede la lógica de que para ser feliz hay que sacrificarse: se es feliz porque se es un ser humano"
—Una vez dijiste que el Peronismo es una expresión política que no es ni comunista ni neoliberal, una especie de avenida del medio, ese equilibro que el mundo necesita, por lo que el mundo inevitablemente será peronista.
—Es una forma de equilibrio, no es la avenida del medio, que eso es algo que bastardeó Massa. Es una superación de las alas. Es una forma estructural de funcionar: el eje. Y el peronismo ocupa ese eje, que siempre es vacío por otra parte. Por eso no se le puede reclamar una idea al peronismo exactamente. Difusamente es un socialismo, pero no va contra el capitalismo en el sentido que lo haría la izquierda. Va sí contra el mal uso de la propia lógica que realiza el capitalismo, que desemboca en el neoliberalismo. Ese mal uso es lo que dice la marcha de combatir el capital, o sea, combate la codicia. Optimizar ganacias. El tema siempre es que le cierren los números como sea, y al peronismo los números nunca le cierran, y con la gente adentro. Eso plantea un desafío imbancable. Por eso es que el enemigo del capitalismo es el peronismo. Por lo menos acá y ya con el Papa empieza a asomar a nivel mundial y se convierte en el gran enemigo del capital.
—¡Quienes hoy nos gobiernan!
—Lo que hacen estos muchachos que están ahora en el Gobierno. El neoliberalismo actual sería la tecnopolítica, pero detrás de eso está la codicia humana, el afán de lucro, su negocio, lo de siempre. El quilombo de ellos sigue siendo cómo van a hacer política. Tienen ahí una contradiccón que no van a poder resolver nunca. Enfrentarse a eso es difícil porque el problema siempre en el peronismo es la conducción. Quien se ubica en el centro y conduce las dos alas. Y ahora no hay una conducción. Está Cristina, pero no tiene rol de conducción. Yo la valoro muchísimo y me cae bárbaro, pero hay que conversar las cosas. Liderazgo tiene Cristina y mucho, pero no conducción. Es un problema gravísimo. No quiere ocupar ese espacio y entonces delega. Y las delegaciones son horribles, no dan el piné. Entonces se cierran porque se ven amenazados o cuestionados por cualquiera. Esa cerrazón es la que nos lleva a la catástrofe. El kirchnerismo no alcanza para ganar elecciones, pero sin Cristina no se puede. Ella dijo que se correría si fuera un obstáculo. Eso es bueno. Otros no quieren que se corra porque quieren seguir teniendo su rol central. Es difícil. La única autocrítica real que nos debemos es que no hubo conversaciones. Faltó conversación. No había ámbitos en donde uno dijera mirá `vamos a hacer un acuerdo con Irán´: se habla, y rápidamente ibas a deducir que mejor no.
—¿Cómo se va a recordar a Cristina con el paso de los años?
—La historia la va a recordar bien. Perón en el año sesenta no existía, estaba en el exilio, era irrelevante. Estaba todo el día escribiendo cartas a máquina, centenares por día. Y nadie le daba bola. Vandor estaba acá haciendo lo suyo. Después lo salvó Frondizi y le costó 18 años volver. Cristina va tener que bancarse 4, 5 años. Por eso debería tomar distancia. Te derrotaron, retrocedé, juntá la tropa, no saqués la trompa vos. Electoralmente un mono con navaja hubiera sacado lo mismo que sacó ella.
—Me contabas que estás trabajando una serie de obras sobre el neoliberalismo...
—Sí, una iconografía sobre qué resultaría de la acción del neoliberalismo en el mundo. El Papa lo anuncia: va a chocar el mundo. Vamos hacia una catástrofe, ya hay una guerra. Es apocalíptico, pero es probable. Tal vez no, tal vez triunfe el peronismo sobre la maldad humana. Algo de esa verdad que tiene el peronismo es lo que va a salvar a la humanidad. Cada vez nos alejamos más de lo que nosotros pensamos que debería ser un ser humano. El motor de todo es la codicia y ese es su mal endémico.
—¿Cuál es esa verdad del peronismo?
—La felicidad del humano sin la mediación del sacrificio, sin el mérito. Eso es imperdonable para el capitalismo. Es feliz quien se sacrificó, esa sería la lógica. Y el peronismo la transgrede totalmente. Se es feliz porque se es un ser humano. Las cosas se le otorgan, y después se ve. Se trabaja, pero no tanto. Se pone el acento en las vacaciones, en el aguinaldo. Se tiene que tener trabajo, la dignidad es el trabajo. Pero después lo que se quiere es trabajar menos. Esa es la lógica peronista. La lógica que no optimiza ganancias. Primero está el humano después el capital. Se pone en el centro al ser humano y el capital es subsidiario. Eso es imperdonable, no se puede tolerar.
—Muchos dirán que el menemismo no fue un peronismo si no lo contrario.
—No tiene que ver con la política. El peronismo se fue al carajo mil millones de veces y abandonó sus ideales. Pero sigue habiendo una verdad. Va a tener una voz, una voz chiquita ahí adentro, una respuesta. El kirchnerismo la encarnó en muchos aspectos. También se alejó, también pifió. Para algunos el kirchnerismo es una superación del peronismo. Pero también el kirchnerismo tiene que dar una respuesta a su propia superación. No terminó dando todas las respuestas que uno esperaba. La dará el kirchnerismo o la dará otra cosa que a su vez supere al kirchnerismo. El kirchnerismo no superó las tres banderas. Le agregó por ahí la bandera de los Derechos Humanos o la idea de la Patria Grande Latinomericana. El Papa pone el acento ahí.
"Para el peronismo primero está el humano y el capital es subsidiario: eso no se puede tolerar"
—Lo están matando a Francisco...
—Los medios están limando al Papa de una manera impresionante. Se convirtió en un verdadero enemigo. Es curiosísimo. Es inviolable desde el punto de vista moral, no lo pueden acusar de corrupciones, de nada. Es un enemigo peligrosísimo porque es un enemigo ideológico. Juan Pablo II decía sus cosas, pero ponía la institución religiosa por delante. Este se caga en la institución religiosa, se caga en la curia. Por eso se llama Francisco también. Pasaron dos mil años para que aparezca uno que quiera llamarse Francisco, porque Francisco era un outsider, estaba afuera de la institución. Y qué hace, ataca a la curia constantemente. Acá tardaron 5 años para que aparezca este Oscar Ojea para defenderlo en serio. Ni siquiera por conveniencia lo hacían, lo combatían por principios y pertenencia de clase. Ahora está nombrando obispos a curitas de barrio que jamás hubieran soñado con pasar de párrocos. Y rapidamente, porque quiere la renovación.
—¿Los medios son centrales como dicen algunos o como dicen otros están sobrevalorados?
—Para la tecnopolítica que hablábamos antes los medios son fundamentales. Y cada vez más. Un candidato, ¿por qué es candidato? Es candidato porque está en los medios. Clarín dice vos tenés que ser candidato pero no te conoce nadie. Y... esperá un mes y medio. Por ejemplo Vidal, que está muy bien diseñada. Hay mucho trabajo detrás de Vidal. No es sólo Durán Barba; hay semiólogos, es un epifenómeno. Y nosotros a eso no le damos bola. Cuando hacen los retiros espirutales no están boludeando. ¿Qué hacen? Unifican el discurso. Si unificás el discurso la unidad de acción también está dada.
—Macri tendrá muchos errores pero es receptivo, escucha...
—Macri es un pibe que es asistido. Como todo pibe bien. Le dice un día a la vieja a la noche, `mirá, me duelen los pies´. `Mañana tenés turno con el podólogo´. O venía el podólogo directamente a la casa y le arreglaba los pies. Un podólogo histórico de la familia, que atendió a su abuelo. O sea, creen en los especialistas, en los equipos, y todo es así, en la empresa es así. Ese criterio es muy útil para algunas cosas. ¿Fuiste alguna vez al puto podólogo? Nadie va al podólogo. A mi duelen los pies a veces y qué sé yo, después se arregla. ¿Viste que a veces los pies te duelen y después te dejan de doler? Es rarísimo. ¡El podólogo no hace nada! Ellos creen en la tecnología. Creen ciegamente, por eso tienen a un Durán Barba y le dan bola. Cristina contrató un catalán que le decía ponete calzas y Cristina se puso dos veces la calza y a la tercera lo mandó a la puta madre que lo parió al catalán.
—¿No te aburrís nunca del peronismo?
—El peronismo no existe, yo me invento un peronismo y juego con eso. Lo que hay son peronistas, pero no existe. El que se pone y dice el peronismo es la institución es un boludo. No es como los radicales que tiene el Comité Central, su lugar es ese, no la Casa Rosada. Ahí se cagan a sillazos, hacen quilombo, echan gente desde ahí. Y como tienen un Comité Central, tienen un afuera. Hacen el radicalismo del pueblo, el radicalismo del no sé qué. En el peronismo la maniobra más común es armarse un partido por afuera para ganar el peronismo. Lo hizo Cafiero, lo hizo Néstor, lo hizo Cristina. Y no pasa nada. No existe la institución en el peronismo. La institución no es nada, es algo para jugar. Nunca tuvo sede. La sede del peronismo es la Casa Rosada. Si no es la Casa Rosada es una catástrofe.
Fuente: El Canciller