“Prepárese nene, que va a ingresar” fue la frase de Juan Carlos Montes para un momento histórico del fútbol Mundial. El Nene era nada menos que Diego Armando Maradona y le faltaban 10 días para cumplir 16 años. Fue el 20 de octubre de 1976, hace 44 años y como Montes lo vio nervioso le dijo: “Vaya pibe haga lo que usted sabe y si puede tiré un caño” y Diego le cumplió, la primera pelota que tocó, la aguantó de espaldas, giró y le hizo un túnel al “Chacho” Cabrera un caudillo de Talleres de Córdoba con pasado en Boca, que le respondió con un insulto: “Pendejo de mierda, no sea insolente”, pero el pibito no se quedó callado: “Yo juego siempre así, usted solo sirve para pegar patadas”. Era miércoles por la tarde y hacía mucho calor. Diego entró en el entretiempo por Giacobetti. Era su debut oficial, pero ya era conocido en el Mundo del fútbol por “los cebollitas”, el equipo infantil de Argentinos Juniors que deslumbraba y también por entretener al público en los entretiempos haciendo “jueguito” con la pelota, sin que esta tocara el piso.
Juan Carlos Montes, un técnico perfil bajo, pero con mucha
sabiduría (que no fue valorado como se debe en el mundo del fútbol) ya le había
adelantado dos días antes que iba a ir al banco de suplentes y que “si el
partido daba” lo iba a ser entrar unos minutos.
Diego se lo contó orgulloso a su mamá y a los pocos minutos
ya lo sabía todo Villa Fiorito, es que el “Pelusa” era el ídolo del barrio, por
eso cuando salió de su casa, todos los saludaban. Esa tarde Diego se puso su
pantalón de corderoy (el único que tenía para salir) a pesar de los más de 30
grados de temperatura y se fue a la cancha con su Papá, Don Diego (que había
pedido permiso en su trabajo para salir antes y acompañar a su hijo en ese
momento trascendental). Tomó el tren hasta Puente Alsina, cruzó el puente a
pie para tomar el colectivo 44 a La
Paternal y llegar pasado el mediodía, el partido era a las cuatro de la tarde.
Argentinos Juniors no se concentraba en ese momento por razones económicas y se
juntaban a almorzar.
El partido se perdió, pero eso no empañó la fecha histórica.
En el viejo estadio de madera de La Paternal (que ahora de cemento y remodelado se llama Diego Armando Maradona) tenía 7.000 espectadores, el partido no fue televisado, por lo que solo hay imágenes de noticiero. De cualquier manera, con el paso del tiempo, muchos te cuentan que estuvieron allí. Yo sí estuve, porque en ese momento hacía un programa en Radio Del Pueblo que se llamaba “Estadio Deportivo” con un periodista que se llamaba Lucho Aguirre y que tenía una sección de Argentinos Juniors. Me acuerdo que nuestro contacto en los vestuarios era Jorge Cyterszpiller que en ese momento era el mejor amigo de Diego y después sería su representante. Era el que nos llamaba a los jugadores para hacer notas.
Después el destino me llevó a tener que escribir una columna
de Diego Maradona en el Mundial de México 86 para el diario Tiempo Argentino,
cuando el Mundo se rindió a los pies del diez. Pero esa es otra historia.