Se viene hablando de ‘batalla cultural’
frente al embate impiadoso del neoliberalismo.
En los períodosspopulistas, se incorporan al sistema productivo sectores que se hallaban sumergidos. En ese proceso
aumenta el consumo de bienes materiales
necesarios en la vida moderna, algunos, indispensables.
Sin embargo, si los patrones culturales
continúan siendo los mismos, ante el primer cimbronazo, se desmorona lo que se había construido.
Lógicamente, las personas quedan sometidas a carencias o disminuyen su
capacidad de adquirir lo que antes podían.
Aparece allí la llamada posverdad, es
decir, la construcción de un ‘sentido común’ a partir de los valores del
discurso dominante. No se trata de la ‘verdad’ que como absoluto no existe,
sino de un relato verosímil que
obtura una mirada crítica.
El sujeto no apela a su conciencia
histórica para analizar la situación, sino a un sistema de creencias que articula montajes exitosos para
justificar la pérdida de derechos.
En este contexto empieza a percibirse en
la sociedad un agotamiento , a veces, cercano a la resignación porque el sujeto
ha naturalizado lo que lo afecta.
Cabe preguntarse sobre el término ‘batalla’ para encarar una
transformación.
“Batalla. Del francés bataille, una batalla es
un combate entre dos o más fuerzas. Podría decirse que una batalla es
una etapa o un enfrentamiento que se produce en el marco de un conflicto bélico
mayor, como una guerra o una campaña militar. Es decir, las guerras se forman
por una serie de batallas.
“, una batalla se
podría definir como un combate entre dos o más contendientes en donde cada uno
de ellos tratará de derrotar a los demás. Las batallas tienen lugar más a
menudo durante las guerras o las campañas militares y normalmente pueden ser
bien definidas por el espacio, el tiempo y la acción llevada a cabo. Las
guerras y las campañas son guiadas por la estrategia mientras que las batallas
son las fases en las que se emplea la táctica. El estratega alemán Carl von
Clausewitz manifestó que "el empleo de batallas para ganar el fin de la
guerra" era la esencia de la estrategia. Antiguamente, también era
denominado batalla el centro de un ejército, distinguiéndolo así de la
vanguardia de este y de su retaguardia. Aunque, también antiguamente se usaba
batalla para definir cada uno de los grupos en los que era dividido un
ejército. La Batalla de Waterloo por
William Sadler.”
No queda duda de que el signo ‘batalla’ está profundamente
asociado a lo bélico .
Si nos detenemos en este punto, podríamos interrogarnos
sobre la pertinencia de hablar de
batalla cuando amplios sectores sociales tienen toda su energía puesta en su
combate diario para sobrevivir , habida cuenta de que una batalla, aún en
sentido metafórico – que de eso se trata – implica un período prolongado para
desmontar el discurso del poder.
¿Basta con cambiar las condiciones socio – económicas si
ello fuera posible en un país endeudado
por 100 años de aquí en adelante?
¿Cómo se explica la elección de personajes que gobiernan
para las élites agro -financieras?
Dice el filósofo Byung-Chul Han: “ “Hoy en día, la violencia material deja lugar a una violencia anónima, desubjetivada y
sistémica que se oculta como tal porque
coincide con la propia sociedad” y alude a algo que , en este tema, no se tiene
en cuenta: “ La violencia sufre una interiorización, se hace más psíquica y […]
se dirige a uno mismo.[…] La sociedad del rendimiento es la sociedad de la
autoexplotación”.
Para no caer en la impotencia, es
preciso, en principio, saber qué es este ‘nuevo’ colonialismo y reconocerlo en uno: hay un
‘afuera’ del sometimiento y un ‘adentro’ más difícil de visualizar.
Además. hay que desmontar discursos
instalados por repetición que producen acciones de violencia física y/ o
lingüística en todos los estamentos sociales.
“Los hombres no
se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la
reflexión."Pedagogía del
oprimido" (1970)
Foucault explica que ‘una red discursiva
está formada por todos los discurso presentes en el momento de la comprensión –
recepción y/o producción en un hecho de
habla”.
A partir de los sistemas de creencias se
conforma el llamado ‘sentido común’con los valores del discurso dominante.
El ‘sentido común’ responde a la lógica binaria ‘amigo –
enemigo’, carga responsabilidades en un
otro diferente y valida
acciones violentas contra esos grupos. El odio se desplaza hacia todxs
los diferentes al amparo de discursos que proponen la muerte como justicia. Se
apunta al borramiento de la memoria histórica y
recrudecen las actitudes xenófobas. En este aspecto, el signo ‘batalla’
podría entenderse en esos términos y entrampar el debate.
Me
gusta ser hombre, ser persona, porque sé que mi paso por el mundo no es algo
predeterminado, preestablecido. Que mi "destino" no es un dato sino
algo que necesita ser hecho y de cuya responsabilidad no puedo escapar. P. Freire, "Pedagogía de
la Autonomía"
(1996)