En los últimos días se ha producido una polémica a raíz de la votación que
lleva a Amalia Granata a obtener una banca como diputada.
Desde ya, total repudio al uso de adjetivos poco felices con los que suele descalificarse
a las mujeres.
Dicho esto, vale detenerse en el punto
fundamental que no pasa por el género sino por lo que representa quien tiene
responsabilidades institucionales : que Granata sea diputada resulta la
consecuencia del bastardeo de la
política proveniente de un sector que nos ha puesto en las puertas de un
neocolonialismio perverso, ajeno a los intereses populares.
La nueva diputada esgrime un
pensamiento misógino y su rictus siempre despectivo cuando habla un
‘adversario’ político. muestra el rostro del odio.
El tema del patriarcado pasa por el
del poder. Es allí donde hay que instalar la mirada: igualdad de derechos, no
por ser mujeres, sino por ser humanes. Aún los animales merecen tenerlos.
Quienes dicen que ‘ella tiene derecho a hacer lo que quiera con su cuerpo’, desconocen que el cuerpo es un signo o un cúmulo de ellos y todo signo es político e ideológico. Por ende, que una mujer se ufane de haberse hecho conocida por ir a la cama con un cantante internacional, es un mensaje nefasto sobre el cuerpo de la mujer como moneda de cambio. Si, además, muestra orgullosa la tanga que dice haber usado esa noche, el mensaje para las niñas y adolescentes es deplorable. Pero si, encima. ese acto ‘fundacional’ lo ha usado para acceder a los medios y ahora ocupar una banca como legisladora de Santa Fe, el hecho adquiere ribetes grotescos porque hace política defenestrando la política en concordancia con el discurso oficialista que ha sumido en la pobreza o indigencia a millones de personas.
En una reseña sobre
un ensayo de reciente publicación leemos: “Alessandro Baricco regresa con un libro
necesario para repensar la revolución digital en la que estamos inmersos. El
título es The game (Anagrama), así, en inglés. El juego. Y el juego es en el que vivimos cada día porque la estructura
de la revolución digital que han desarrollado los varones ingenieros de Silicon
Valley tiene en sus bases, cuenta provocador pero convincente en su nuevo
ensayo, la estructura de aquellos primitivos videojuegos a los que jugaban esos
hombres que han ido dando forma a nuestro nuevo mundo. Juegos como Space
invaders, con aquellos marcianitos araña que caían y que había que matar
rápidamente. De prisa, de prisa. Sin parar. Sin instrucciones de nadie,
aprendiendo por la experiencia partida a partida. Cada vez con mayor nivel de
dificultad. Y para obtener la mayor cantidad de puntos posibles. Nada que no reconozcamos, apunta, en los me
gusta de Facebook. esta revolución digital es el producto de una
revolución mental y no al revés. Una revolución mental y cultural
contra las élites, los sacerdotes, los intermediarios. Contra el siglo XX. A él
esta revolución le gusta, aunque reconoce que, como casi todo, tiene efectos
secundarios indeseables. Y que su explosión de libertad también ha traído como
reverso las actuales olas de populismo político.”
Dice Baricco: “ El esquema fundante, la célula de la que todo parte, es
siempre una pregunta/una respuesta, Una amenaza/una defensa. Llega el marciano
y disparas. Es muy veloz y el resultado es inmediato. La repetición de este
esquema crea una suerte de cadena donde la pregunta es siempre más difícil y
también la respuesta. El ritmo es veloz. Entre
pregunta y respuesta, entre ‘marciano’ y ‘yo disparo’, pasa poco tiempo. Si
pasa mucho, no lo hacemos. Luego hay otras características: debe ser todo
físicamente agradable. [...] Ahora toda la gráfica está hecha para
serlo”. Y continúa la reseña: “A partir
de allí desarrolla un ferviente elogio a la digitalización de la vida como una revolución, aunque reconoce “ efectos
secundarios indeseables. Y que su explosión de libertad también ha traído como
reverso las actuales olas de populismo político.[…]”
Y aquí me detengo
porque aparece la concepción europea sobre lo que se ha dado en llamar
‘populismo’ Le contestaría a Baricco con una
reflexión de S. de Bouvoir: “No nos engañemos,
el poder no tolera más que las informaciones que le son útiles. Niega el
derecho de información a los periódicos que revelan las miserias y rebeliones […] Curiosa cosa, un diario: lo que se calla es más
importante que lo que se anota.”
Es indudable la importancia de la imagen en la era digital como lo señala Baricco y vale subrayar que las mujeres ‘mediáticas’ utilizan el cuerpo como puente para conseguir ciertos privilegios desconociendo las luchas colectivas y los cuerpos mancillados de aquellas mujeres que en el mundo han sido.
Agregaría que el game es desigual y eso y no el populismo deslegitima ciertos aspectos del ‘juego’
A esta altura el/la
lector/a se estará preguntando qué tiene que ver Baricco con Granata.
Afortunadamente para Baricco no hay punto de comparación; sin embargo, más allá
de los aspectos positivos que menciona el exquisito autor de “Seda”, es el
mundo concebido como un ‘game’ el que
produce sujetas a lo Granata.
“Un juego. Luego están los followers y likes de
Facebook. Siempre un marcador que viene del videojuego. No puedes hacer nada
sino hay un marcador que te dé pronto un resultado. Hasta telefoneando tienes
la durada de la llamada. Mientras llamas tienes un marcador. Si unes todas
estas características, entiendes por qué llamo a esta civilización el Game.
Es un único y gran juego. Una estructura mental y lógica de juego.”
Es en este juego en el que las mujeres tenemos que tener claro por qué jugaremos, para quiénes, con que herramientas, para qué y con quiénes.. No es una bombacha lo que nos define.
“No se nace mujer: se llega a serlo- […] El cuerpo no es una cosa, es una situación: es nuestra comprensión del mundo y el boceto de nuestro proyecto”.
* Semióloga. Docente UBA.
Fuente: Liliana López Foresi