Roman Jakobson (lingüista ruso, 1896-1962) elaboró un esquema con los componentes del circuito de la comunicación y sus respectivas funciones:
Entre ellas, la función referencial y la fática parecen esfumarse en las conversaciones cotidianas..
La función fática compete al canal; es la que permite al emisor chequear si la comunicación está siendo efectiva, si se escuchó el mensaje, si el receptor está atento, si está entendiendo. Por ejemplo, preguntar ¿Me escuchaste? o , en una clase , ¿Entendieron?
La función referencial es de carácter informativo. Podría asimilarse a la noción de contexto, indispensable para comprender el mensaje.
La lingüista francesa Kerbrat Orecchioni observó que el esquema necesitaba ciertas observaciones para subrayar todos los elementos que juegan en un procesos comunicativo y reformuló el esquema incorporando las competencias lingüísticas y paralingüísticas ( Signos no lingüísticos como los gestos o los tonos) que rara vez son simétricas entre emisor y receptor, del mismo modo. lo que denomina las determinaciones ‘psi’, es decir , el mundo psicológico y la esfera del inconsciente que también son dispares entre quien emite y quien recibe el mensaje. Por ejemplo: entre docente y estudiante la relación no es simétrica ( distintos saberes, vocabulario distinto según edades y sectores sociales, cierta gestualidad y tonos que pueden producir empatía o no ).
Asimismo , lo ideológico y lo cultural constituyen factores decisivos a la hora de una comunicación fluida. Ejemplo: si una persona con nivel universitario desea transmitir algo a otra que está poco escolarizada, tendrá que buscar la manera de adaptar el mensaje, no porque el otr@ sea incapaz de comprender, sino porque no comparten el mismo universo cultural. Idem con respecto a comunidades originarias donde se agrega el factor código, ya que cada lengua representa una visión del mundo.
“ […] no hay uso del lenguaje sin toma de posición. […]En el interior de los textos (Se refiere a la narrativa de ficción) , […] hay siempre una trilogía que se da entre la representación interna del autor, el ‘héroe’ del texto mismo y la representación interna del lector” ( Josefina Ludmer, argentina, escritora, ensayista, crítica literaria, docente, 1939- 2016))
Finalmente, Kerbrat habla de los universos del discurso, esto es, cada situación comunicativa exige un género discursivo diferente. Si una persona tiene una entrevista de trabajo no puede responder a su interlocutor con fragmentos de poemas. En cambio, esto sería muy interesante por disruptivo, en una escena teatral.
Por todo lo antedicho, Kerbrat señala que hay dos modelos : uno de producción atinente al emisor y otro de interpretación por parte del receptor.
Debemos a Mijail Bajtín (lingüista ruso y crítico litarario (1895 – 1975) la teoría de los géneros discursivos y el acento puesto en lo dialógico como una condición misma del lenguaje humano, aún cuando ese diálogo se establezca de un@ con un@ mismo .
Para Bajtín el mensaje se produce entre dos instancias, pero también es el eslabón de una cadena de enunciados proferidos antes y después del momento de la enunciación.
Considera que nuestra voz está impregnada de los ecos de todas las voces que nos precedieron.
En la ‘sociedad líquida’ (término acuñado por Sygmunt Bauman, socio – filósofo polaco – británico, 1925 – 2017) puede observarse en la comunicación cotidiana y, también , en los medios, que los malos entendidos están a la orden del día.
La ‘revolución tecnológica’ ha despertado una nueva ilusión: ‘estamos comunicados’.
Pero ¿estamos en contacto?
Es notable que en las clases lxs estudiantes de nivel secundario y aún universitario formulan pocas preguntas o ninguna. Esta responsabildad le concierne en un alto porcentaje al profesor/a que no ha internalizado la ‘pedagogía de la pregunta’ a la que alude Freire. Alguien que pregunta no es necesariamente alguien que no sabe; es alguien que quiere entender más o que en su pregunta deja asomar un nuevo saber.
Sin embargo, en las conversaciones entre amig@s. conocid@s, parejas, madres/padres e hij@s, colegas, etc, suele haber una actitud de ‘todo bien’ o todo mal’ sin que haya una comprensión cabal del mensaje. El receptor cree haber comprendido y el emisor no acostumbra preguntar, sea por comodidad , por convencimiento de que es así, porque prefiere evitar cualquier intercambio que lo interpele o , lo que es peor, porque da por obvio lo manifestado.
La respuesta ‘obvio’ se instaló en los 90. No es casual: entonces, como ahora, el neoliberalismo necesita de ‘mantras’ que sostengan el estado de ignorancia. Dar algo por obvio es naturalizar y nunca como ahora, las noticias falsas construyen el ‘sentido común’ enel que quien indaga demasiado cae bajo sospecha.
PREGUNTAS DE UN OBRERO QUE LEE
Bertolt Brecht
¿Quién construyó Tebas,
la de las Siete Puertas?
En los libros figuran
sólo los nombres de reyes.
¿Acaso arrastraron ellos
bloques de piedra?
Y Babilonia, mil veces destruida,
¿quién la volvió a levantar otras tantas?
Quienes edificaron la dorada Lima,
¿en qué casas vivían?
¿Adónde fueron la noche
en que se terminó La Gran Muralla, sus albañiles?
Llena está de arcos triunfales
Roma la grande. Sus césares
¿sobre quienes triunfaron?
Bizancio tantas veces cantada,
para sus habitantes
¿sólo tenía palacios?
Hasta la legendaria
Atlántida, la noche en que el mar se la tragó,
los que se ahogaban
pedían, bramando, ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿El sólo?
César venció a los galos.
¿No llevaba siquiera a un cocinero?
Felipe II lloró al saber su flota hundida.
¿No lloró más que él?
Federico de Prusia
ganó la guerra de los Treinta Años.
¿Quién ganó también?
Un triunfo en cada página.
¿Quién preparaba los festines?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién pagaba los gastos?
A tantas historias,