• 21 de noviembre de 2024, 6:39
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El topo y la serpiente

Por Byung-Chul Han


 

El poder disciplinario consiste en entornos e instalaciones de reclusión. La familia, la escuela, la cárcel, el cuartel, el hospital y la fábrica representan estos espacios disciplinarios de reclusión. El sujeto disciplinario cambia de un entorno de reclusión a otro. Así, se mueve en un sistema cerrado. Los residentes en estos entornos permiten ser distribuidos en el espacio y ordenados en el tiempo. El topo es el animal de la sociedad disciplinaria.

En el Post-scriptum sobre las sociedades de control, Deleuze diagnostica una crisis general de los entornos de reclusión.6 Su problematicidad reside en su carácter cerrado y rígido, que no es  adecuado a las formas de producción inmateriales y en red. Estas  presionan hacia una mayor apertura y deslimitación. El topo no puede soportar esta apertura. En su lugar surge la serpiente. Este es el animal de la sociedad de control neoliberal que sucede a la sociedad disciplinaria. A diferencia del topo, la serpiente no se mueve en espacios cerrados. El topo es un trabajador. La serpiente, por el contrario, delimita el espacio a partir de su movimiento. La serpiente es un empresario. Es el animal del régimen neoliberal.


El topo se mueve en espacios preconstruidos y se somete con ello a limitaciones espaciales. Es un sujeto sometido. La serpiente es un proyecto, en la medida en que genera el espacio a partir de su movimiento. El tránsito del topo a la serpiente, del sujeto al proyecto no es una irrupción hacia una forma de vida totalmente diferente, sino una mutación, incluso una agudización del capitalismo. Los movimientos restringidos del topo ponen límites a la productividad. Aun cuando trabaja de forma disciplinada, no supera un determinado nivel de productividad. La serpiente elimina la limitación a través de nuevas formas de movimiento. De este modo, el sistema capitalista basado en el modelo del topo cambia al modelo de la serpiente para aumentar la productividad.

El régimen disciplinario, según Deleuze, se organiza como un «cuerpo». Es un régimen biopolítico. El régimen neoliberal, por el contrario, se comporta como «alma».7 De ahí que la psicopolítica sea su forma de gobierno. Ella «instituye entre los individuos una rivalidad interminable a modo de sana competición, como una motivación excelente». La motivación, el proyecto, la competencia, la optimización y la iniciativa son inherentes a la técnica de dominación psicopolítica del régimen neoliberal. La serpiente encarna sobre todo la culpa, las deudas que el régimen liberal establece como medios de dominación.



1.   G. Deleuze, «Post-scriptum sobre las sociedades de control», en Conversaciones 1972-1990, Valencia, Pre-Textos, 1999, p. 278.

2.   G. Deleuze, «Post-scriptum sobre las sociedades de control», op. cit., p. 279.

Extracto del libro "Psicopolítica. Neoliberalismo y nuevas técnicas del poder"- Traducción de Alfredo Bergés- Edición PENSAMIENTO HERDER, dirigida por Manuel Cruz



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