Las continuas guerras religiosas fragmentaron la Europa del siglo XVI, marcaron e impulsaron el paso de la Edad Media a la modernidad. Los antecedentes más remotos de las instituciones financieras y de la banca se remontan a la antigüedad, las primeras operaciones comerciales están ligadas a los templos de Mesopotamia o al código babilónico, sobre préstamos y depósitos, del año 1800 a.C., el origen de los bancos tal como los conocemos en el siglo XXI data, precisamente, de ésa Europa del siglo XVI caracterizada por guerras constantes. Es decir «las guerras, los préstamos, los depósitos y el comercio» son socios desde hace siglos -
Las grandes familias de banqueros del renacimiento, como los Medici de Florencia prestaban dinero y financiaban parte del comercio internacional. Los primeros bancos modernos aparecieron durante el siglo XVII: el Riksbank en Suecia (1656), y el Banco de Inglaterra (1694). Los Goldsmith (orfebres) guardaban los depósitos de oro en sus cámaras, ofrecían una rentabilidad a sus depositantes y a cambio entregaban un papel que acreditaba que poseía cierta cantidad de oro en depósito, así nació el «papel moneda» y surgieron pequeñas firmas, sin ningún tipo de restricción ni control estatal.
En 1672 el rey Guillermo III de Inglaterra tuvo que recurrir a los banqueros, contrajo una gran deuda, provocó la quiebra del estado y suspendió el pago de deudas (default). En 1694 se funda el Banco de Inglaterra, con la firma de la Tonnage Act (Acta de Tonelaje, el oro, la plata y las mercaderías tenían valor de acuerdo a su peso). Era una sociedad privada que prestaba dinero al estado con un interés, así nació el concepto «deuda soberana». El banco fue fundado por el escocés Willian Paterson con la anuencia de Guillermo III.
Los orfebres ingleses del siglo XVII son el punto de partida de la banca contemporánea. Ellos guardaban el oro de otras personas y tenían que devolverlo cuando era requerido por su cliente. Luego descubrieron que los depositantes / clientes, en cada operación, sólo recuperaban una pequeña parte del total depositado. De inmediato comenzaron a prestar, parte de este oro, a otras personas, a cambio de simples instrumentos negociables, o un pagaré, y la devolución del monto prestado más el pago de un interés. Más adelante los valores que se intercambiaban, por oro, fueron reemplazados y excedían el valor del oro que los respaldaba. Desde entonces el «imaginario de los banqueros» (avaricia / usura) ha sido inagotable.
Antes de la aparición del dinero, de los bancos y sus intereses, se utilizaba el trueque. ¿Por qué el dinero suplanto al trueque y quién es el custodio del sistema de dinero? No parecen preguntas peligrosas, sin embargo hace 73 años -por hacer las mismas preguntas- Ezra Pound pasó seis meses detenido (en una jaula de metal) en el Centro de Entrenamiento Disciplinario (CED) de Pisa. Acusado de 'traición a la Patria' e insania, lo trasladan a EE.UU. y allí cumple su sentencia -doce años encarcelado- en el pabellón psiquiátrico de St. Elizabeth, hasta su liberación.
Pound fue víctima de la persecución política a instancias de los financieros y sus secuaces como Franklin Delano Roosevelt y Winston Churchill que temían a Ezra porque preguntó «¿Cuál es la función del dinero?», y además se le ocurrió una respuesta incómoda.
Vamos a suponer, de acuerdo a los cargos presentados en su contra -por el gobierno de EE.UU.- que Ezra Pound estaba loco. Que además era fascista, antisemita, que admiraba a Benito Mussolini y que, antes de 1935, Pound criticaba a su gobierno diciendo:
«El dinero, cuya función es sólo alcanzar los bienes a la gente que los necesita no sólo ha sido considerado un bien (en si mismo) sino que se le confirieron privilegios por encima de todos los otros bienes. Eso fue de una injusticia flagrante. Una vez que los hombres libres hayan entendido eso no lo tolerarán ni por una hora».
La realidad es que Ezra Pound no estaba loco, no era fascista ni comunista o anticapitalista. Tampoco estaba en contra de cualquier tipo de banco. Pound combatía la usura, fundada en la avaricia, y a los agentes más representativos de ciertos tipos de banca. Por pensar correctamente, y no por otra cosa, fue condenado por el «establishment».
Pound fue condenado por escribir:
«Durante cien años los Estados han hecho poco con su crédito, salvo sabotearlo o utilizarlo por menos de su valor, y pagar tributo a las compañías privadas. Un gobierno de 'conejos hipnotizados' no podría comportarse con mayor imbecilidad y a la larga no podría ser mayor la traición al pueblo».
Ezra Weston Loomis Pound falleció en Venecia, Italia, el 1 de noviembre de 1972 y no ha sido el único en denunciar la avaricia de los bancos.
Karen Hudes se graduó en la Escuela de Leyes de Yale y en Economía en la Universidad de Amsterdam; luego trabajó en el Banco de Exportaciones e Importaciones de EE.UU. en el período 1980-1985 y en el Departamento Legal del Banco Mundial de 1986-2007. Hudes intenta exponer el sistema financiero corrupto que la élite mundial utiliza para controlar las riquezas del mundo. En una entrevista con el «New American», Hudes discute cómo es posible permitir que este grupo, de elitistas, dominen por completo los recursos del planeta.
Como ex-interina del Banco Mundial y ex-Asesora Jurídica Superior, Karen Hudes, menciona que el sistema financiero mundial está dominado por un pequeño grupo de figuras corruptas, sedientas de poder y centralizadas alrededor de la 'Reserva Federal de EE.UU.' (una corporación privada). Hudes explica, además, que esta red ha obtenido el control de los medios de comunicación para cubrir sus crímenes.
En la entrevisa con el 'New American', Hudes dice que buscando aclarar muchos asuntos alrededor del 'Banco Mundial', fue despedida por sus esfuerzos. Ahora, junto con una red de «soplones», Hudes está decidida a exponer y darle fin a la corrupción y está segura de su éxito.
Citando un explosivo estudio del Instituto Federal de Tecnología de Zurich, Suiza, de 2011 y publicado en el diario 'PLOS ONE' de la Red de Control Corporativo Global (The Network of Global Corporate Control), Hudes explica que un pequeño grupo de entidades -principalmente instituciones financieras y especialmente bancos centrales- ejercen una masiva influencia sobre la economía internacional detrás de las bambalinas y agregó:
«Lo que realmente está sucediendo es que los recursos globales son dominados por ese grupo, y los ladrones de poder corruptos, han logrado dominar también los medios de comunicación. A ellos se les permite hacerlo»
Previamente se ha escrito sobre el estudio Sueco que menciona Hudes. Está formado por un grupo de investigadores del 'Instituto Federal de Tecnología' de Zurich, Suiza. Allí estudiaron las relaciones mundiales que existen entre 37 millones de compañías e inversionistas, y lo que descubrieron es que hay una «super-entidad» compuesta, únicamente, de 147 mega-corporaciones herméticamente estructuradas que controlan el 40% de toda la economía global. Hudes agrega:
«Cuando el Instituto finalmente desenredó la red, encontró que casi todo puede ser rastreado a esta «super-entidad» de 147 compañías que es aún más hermética -cuya propiedad es de otros miembros de esa super entidad- y que controla el 40% de las riquezas de la red. Es decir que menos del 1% de las compañías controlan el 40% de toda la red mundial. La mayoría son instituciones financieras. El top 20 incluye a 'Barclays Bank', 'JPMorgan Chase & Co', y 'The Goldman Sachs Group'»
Es decir que la élite mundial no sólo controla estas mega corporaciones. De acuerdo con Hudes, también dominan las organizaciones no-electas, que no responden a ningún país y que controlan las finanzas de, virtualmente, toda nación sobre la faz de la Tierra. El 'Banco Mundial', el 'FMI' y los Bancos Centrales, como la 'Reserva Federal' de EE.UU., controlan la creación y el flujo de dinero en el mundo y son organizaciones privadas.
En la cúspide, de este sistema, se encuentra el 'Banco de Pagos Internacionales'. Es el banco central de todos los bancos centrales del mundo.
Pocas personas conocen el significado, o la tarea, del 'Banco de Pagos Internacionales', pero es una organización de extrema importancia y es, literalmente, inmune a las leyes de cualquier país. El estudio Sueco indica lo siguiente:
«Se trata de una organización internacional inmensamente poderosa, que la mayoría de la población desconoce pero que, secretamente, controla la producción de dinero de todo el mundo. Se llama 'Banco de Pagos Internacionales' porque es el banco central de los bancos centrales. Está ubicado en 'Basilea', Suiza, pero tiene sucursales en 'Hong Kong' y en la 'Ciudad de Méjico'. Es, esencialmente, un 'Banco Central del Mundo' no-electo que tiene completa inmunidad sobre pagos de impuestos o leyes internacionales y que 'no responde a ningún gobierno nacional'. Hoy, 58 bancos centrales, a nivel mundial, pertenecen al BPI, y tiene, por mucho, más poder en la economía de los EE.UU. (o la economía de cualquier otro país) que cualquier gobierno elegido por el pueblo. Cada dos meses, los banqueros centrales se reúnen en 'Basilea' para otra «Reunión de Economía Mundial» y allí toman decisiones que afectan a todo hombre, mujer y niño en el planeta, ninguno de nosotros tiene la posibilidad de rechazar u opinar sobre lo que 'ellos deciden'.
El 'Banco de Pagos Internacionales' fue fundado el 17 de mayo de 1930 por la élite mundial, que opera en su propio beneficio, y cuyo fin es ser una de las piedras angulares del venidero sistema financiero global unificado» (Nuevo Orden Mundial) -
Este sistema no se formó por accidente. La élite mundial diseñó el sistema durante mucho tiempo. En un artículo en inglés llamado «Quién dirige el mundo? se comprueba que «son un grupo 'super-poderosos' que mueve al resto del mundo como si fueran marionetas».
Hay una cita de Carroll Quigley, Profesor de la Georgetown University, en uno de sus libros, escrito en 1966, en el que discute los planes de la élite y el 'Banco de Pagos Internacionales:
«Los poderes financieros del capitalismo tienen una meta, nada menos que crear un poder financiero global, en manos privadas, capaz de dominar el sistema político de cada país y la economía del mundo como un todo. Funciona de una manera feudal en la cual los bancos centrales actúan de forma idéntica y por acuerdos secretos concretados en frecuentes reuniones y conferencias privadas. El ápice del sistema es el 'Banco de Pagos Internacionales' de Basilea, Suiza, un 'Banco Privado' que controla a todos los Bancos Privados de distintos países que, a su vez, también están en manos privadas».
Hoy siglo XXI, es exactamente lo que tenemos. Un sistema de «neo-feudalismo» en el que todos los gobiernos están esclavizados a la deuda, gobernados por los bancos centrales y por el 'Banco de Pagos Internacionales' que, sistemáticamente, transfiere las riquezas del mundo fuera de nuestras manos hacia las manos de la élite mundial. La mayoría de los pueblos no saben lo que sucede porque 'éste grupúsculo' controla lo que vemos, escuchamos y pensamos. Hoy tenemos a 6 gigantes compañías de información global que controlan el 90% de las noticias y entretenimiento que vemos en la televisión, el cine o en nuestra computadora.
Es el mismo engranaje, misterioso, usurero e insidioso por el que Ezra Pound fue acusado, enjuiciado y encarcelado. Pasaron setenta y tres años, comenzó otro siglo y Karen Hudes busca exponer el sistema que -perfeccionado con el paso del tiempo y la tecnología- mantiene al mundo endeudado y, en secreto, nos empuja a un sistema financiero global unificado y al Nuevo Orden Mundial cuyos objetivos son:
Disminuir drásticamente la población mundial. La miseria es el arma, que ya utilizan, para el exterminio en esta guerra de baja intensidad, que mata por falta de alimentos, de agua potable y saneamiento, de educación y de producción.
Estrategias que combinan: a.) La cultura de la 'deuda eterna': b.) El control de todos los recursos naturales del planeta que incluye minerales, energía, agua y alimentos. La destrucción de las culturas de todos los pueblos que se han adaptado -durante siglos o décadas- a vivir y convivir con la Naturaleza. Impulsar el éxodo de las poblaciones rurales hacia la periferia miserable de las grandes ciudades: c.) Subordinar los sistemas productivos a las necesidades de las empresas multinacionales (controladas por los bancos), destruir las industrias, cultivar con semillas patentadas, y anular las capacidades técnicas e intelectuales de todos los sectores que no se ajusten a sus planes: d) intervenir y anular los sistemas aduaneros para destruir las producciones locales, regionales y nacionales, reforzar las leyes de propiedad intelectual y asegurarse el pago de regalías (royalties), destruir los sistemas de investigación y desarrollo que no controlan, o apoderarse de los resultados de los mismos para su provecho. Además la privatización y extranjerización de los servicios estratégicos de energía, agua, transportes, comunicaciones, seguros, etc., y las leyes, convenios e instituciones que les permitan controlar los volúmenes y calidad de la producción de todos los países; establecer el sistema de precios del intercambio internacional más apto para sus planes: e) El proyecto es imponer un mundo aristocrático, donde una pequeña elite disfrute de todo lo bueno que el mundo ofrece, mientras el resto queda sometido a una esclavitud controlada técnicamente, sin libertad para decidir.
Si todo lo anterior no cumple con los planes pre-establecidos, el último paso será otra guerra, con la que amenazan diariamente, ante la indiferencia de 7.000 millones de personas engañadas, por la prensa y funcionarios corruptos -con promesas de un futuro bienestar- que no hacen nada para evitar su propia destrucción.
El feudalismo es la meta del Nuevo Orden Mundial. La Argentina es, en la actualidad, el ejemplo de todo por lo que Ezra Pound fué encarcelado y que Karen Hudes denuncia.
Ezra Pound planteaba cinco preguntas: moneda, crédito, interés, usura y circulación. Como respuesta a Pound y, tal vez a Karen Hudes, en el mes de Abril 2015, Giacinto Auriti escribe «El país de la Utopía». Una continuidad ideal que le une, junto a Pound y Hudes, a las escuelas de los economistas heréticos.
«Quien crea el valor de la moneda» -dice Giacinto Auriti: «no es quien la imprime sino el pueblo que la acepta como medio de pago. Sin embargo son los banqueros los grandes usureros que se apropian del valor monetario, usándolo como medio de dominación e imponiendo la condena de la deuda. Y he aquí, entonces, la genial solución al problema: la propiedad popular de la moneda, que restituya al pueblo aquello que se ha extraído indebidamente de los valores monetarios que él crea. El deseo es que sean los gobiernos quienes realicen la emisión de moneda y distribuyan los instrumentos, como derecho de ciudadanía, a todos los ciudadanos».
Pound comprendió que la moneda no es una mercadería sino la expresión de un acuerdo, de una convención, por la cual el crédito debe ser confiado no ya a los bancos, sino al estado, que lo garantice con la honestidad y el trabajo de sus ciudadanos. Pound decía:
«El tesoro de una nación es su honestidad» y en los 'Cantos contra la usura' exprime el pensamiento sobre la usura:
«Con usura nadie tiene una sólida casa / de piedra cuadrada y lisa / para lustrar la fachada / (…) / Carroñas crapulean / huéspedes de usura» (Canto XLV). «El XIX, infame siglo de la usura…» (1): me adormecí bajo las estrellas sabinas, (…) maravillándome de la distancia transcurrida entre el mundo del siglo XX y el de la serenidad… (2)
Con estas dos frases lapidarias Pound establece el nexo causal entre dos siglos de historia: 'Post hoc ergo propter hoc' (después de esto, por consiguiente por esto). La llegada de la 'usurocracia' es la causa de la angustia que caracteriza el clima espiritual de nuestro tiempo. No es casual que en el lenguaje nacido de la praxis mercantil norteamericana la usura se defina con el término «danger»: peligro. El peligro es incompatible con la serenidad.
Los argentinos estamos atrapados entre la usura y un gobierno que es parte y apoya al usurero. Nos gobiernan los hijos de la dictadura, los nietos del bombarseo a la Plaza de Mayo, los bisnietos de la Década Infame, los tataranietos de los asesinos de la Patagonia, los choznos de la Campaña del desierto... siempre son los mismos apellidos y los mismos procedimientos.
Está en nosotros luchar para volver a la Argentina, Justa, Libre y Soberana. La Argentina de don Lisandro de la Torre y la de un General de la Nación que también admiraba a Benito Mussolini. La Argentina por la que lucharon nuestros padres y abuelos; los desaparecidos y mutilados de tantas dictaduras y los pibes de Malvinas. Borrando para siempre la idea de que a la historia la escriben los que ganan para grabar que sí... que hay otra historia, la de un pueblo que no olvida y no acepta la 'deuda soberana' que, desde Bernardino Rivadavia, estamos pagando, a la USURA SIN FRONTERAS, con sangre, sudor y lágrimas.
Martha Herring - Febrero 2018
http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0025995#s3