• 21 de noviembre de 2024, 6:31
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Riquelme les volvió a hacer el Topo Gigio

Por Juan Roberto Presta


El domingo puede caer el penúltimo bastión macrista, el lugar donde Mauricio Macri empezó a forjar su carrera política, que lo llevó a ser primero Jefe de Gobierno de la Ciudad y luego Presidente de la República y es el manejo del Club Atlético Boca Juniors.

Su candidato Christian Gribaudo, actual secretario de la gestión de Daniel Angelici, según las encuestas perdería ante el opositor Jorge Amor Ameal, que llevó como carta ganadora en estas elecciones al ídolo Juan Román Riquelme como vicepresidente segundo. Habrá tres listas porque José Beraldi, un opo-oficialista también se presentará junto al actual vicepresidente Rodolfo “Royco” Ferrari, un dirigente macrista que estuvo en el gobierno de María Eugenia Vidal.

Riquelme le volvió a hacer el famoso “topo Gigio” a Macri, más de 20 años después, ya que el hasta el lunes presidente de la República, lo llamó un día después de perder las PASO “para que juegue con el oficialismo” y pactó una reunión con Daniel Angelici, a la que Riquelme no fue y mandó en su lugar a su representante Daniel Bolotnicoff y a su hermano. Se supo que ese mismo día (en el que Macri hizo un discurso de odio que hizo disparar a los mercados, echándole la culpa a la subida del dólar, a lo mal que habían votado los argentinos) también llamó a José Beraldi para pedirle que no baje su lista para dividir a la oposición, como hicieron en la elección pasada, cuando Angelici le ganó a Ameal, gracias a una tercera lista presuntamente opositora de Beraldi.

Riquelme no se podía pelear en ese momento con el oficialismo, porque estaba programado para el 12 de diciembre su partido de despedida, donde iba a recaudar mucho dinero, por lo que salió a pedir la unidad, sabiendo que eso era imposible y el día del cierre de listas declaró con quien jugaba y suspendió el partido para junio de 2020, con una frase irónica: “Ojalá que los que gobiernen Boca en esa época, me dejen hacer el partido despedida”. Para el Macrismo de Boca fue como una puñalada en el corazón y empezaron una campaña sucia diciendo que Riquelme “había sido comprado”. Salió Beraldi a decir que a ellos les pidió “algo inaceptable” y algo parecido insinúo Angelici, que dijo que se reunió varias veces con él.

Riquelme se metió en el barro y contestó golpe por golpe. Dijo de Angelici “Yo nunca me reuní con él, mandé a mi representante porque me lo pidió nada menos que el presidente de la república. Angelici está enojado porque yo no voy en su lista y él era tesorero cuando me renovaron contrato y renunció por no estar de acuerdo. También me obligó a irme del club y cuando ascendí con Argentinos Juniors, le pedimos que me deje jugar 6 meses para retirarme y le contestó a mi representante, mientras yo sea presidente, Riquelme no juega más acá”.

Entre las cosas que le hizo la junta electoral, es no dejar votar a los socios con camisetas que digan Riquelme, ni con tatuajes de Riquelme y el sábado pasado no dejaron entrar al estadio caretas de Riquelme haciendo el famoso “topo Gigio”, protesta que ya se generalizó en el Mundo. Riquelme con su sutil ironía dijo: “Cuando me enteré que no dejaban entrar a los hinchas con careta, creí que no iban a dejar entrar a mí. Hasta le pregunté al control”. El ídolo volvió a la cancha luego de cinco años (donde pagó religiosamente su palco) y en la cancha fue ovacionado, mientras insultaban a Angelici.

Lo cierto es que el operador judicial del macrismo es un dirigente radical que responde al oscuro Coti Nosiglia y que dice tener 15.000 votos propios de los radicales de capital, a los que quiso presidir.

En cambio, Jorge Amor Ameal es un dirigente peronista de Berazategui, que llegó al club como vocal en la primera presidencia de Macri, allá por diciembre de 1995, llevado por Pedro Pompilio y después fue vicepresidente de este, cuando Macri dejó el club para ir como candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Fue presidente por 3 años a la muerte de Pompilio, llevando a Carlos Bianchi de manager y diferenciándose del Macrismo que nunca se lo perdonó. Perdió dos elecciones contra Angelici, pero siguió insistiendo y ahora tiene el as de espadas con Riquelme, con lo que si no le hacen trampa, tendría que ganar.

Fuente: Liliana López Foresi

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