El Defensor
del Pueblo del Partido de Avellaneda, Daniel García, es contactado todos los
fines de semana por distintos vecinos del Distrito, quejándose por fiestas
clandestinas que se realizan en diferentes puntos de la Ciudad.
Ante el
pedido de acción de las autoridades municipales estas actúan labrando las
correspondientes Actas de Inspección, pero al carecer de “poder de policía” no
pueden ingresar a los domicilios si no es con asistencia de las fuerzas de
seguridad.
Al
solicitarse la asistencia de las fuerzas de seguridad, estas se presentan a las puertas de los domicilios en los que se realizan las fiestas, pero el personal
manifiesta que no puede ingresar para verificar lo que pasa dentro de ellos
pues no tienen autorización para allanar; por lo tanto, miran si existe venta
de entradas y se retiran.
Ahora bien, conforme surge de los dichos de los vecinos:
- las entradas se venderían en forma virtual;
- en los domicilios habría venta de bebidas
alcohólicas;
- dentro de los domicilios habría menores de edad, (algunos
de ellos alcoholizados);
- estas fiestas no serían meras reuniones familiares,
sino de una actividad comercial ilícita, que no se encuentra regulada por
ningún organismo y que pondría en riesgo la vida de los concurrentes pues no
habría siquiera contratan un servicio de emergencia sanitario;
- muchas veces se producirían altercados que
determinarían agresiones físicas entre los concurrentes a estas fiestas.
- esto se reitera a lo largo de los fines de semana, repitiéndose la forma.
Debemos tener en cuenta que las fiestas a las que se hace referencia, no serían las típicas reuniones familiares y/o sociales y/o de amigos, que escuchan música alta hasta entrada la madrugada. Estamos hablando de fiestas que conllevan una actividad comercial, sin regulación alguna y que determinarían una actividad ilícita.
Daniel
García se pregunta entonces… ¿Qué pasa con las fiestas clandestinas? ¿Por qué las fuerzas de seguridad no actúan en juntamente con el poder judicial? ¿Por qué los vecinos tienen que soportar gritos, peleas, suciedad e inseguridad en la vía pública?
Fuente: Prensa Defensoría