¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este
mundo?
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si
fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de
cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso,
nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti. John Donne
No se trata de una persona, sino de un modelo económico y
un proyecto
Cada vez que nombran al presidente, están distrayéndose
del foco principal. Para el Mercado nadie es imprescindible; todos son
fungibles.
La catársis descarga tensiones, pero mientras ello
ocurre, detrás están tejiendo las estrategias para conmover y convencer (Tal
como lo indicaba Aristóteles en su Retórica).
Por ende, en reuniones donde se tratan temas puntuales,
no cabe el hit del verano, como tampoco la ‘gestualidad partidaria’ en
manifestaciones que apuntan a la pluralidad con miras a un objetivo; por
ejemplo, el apoyo al juez Ramos Padilla
que no fue una demanda sectorial pero
pasa a serlo cuando algunxs insisten en ponerse delante de la cámara para
hacer la ‘V’.
Así al día siguiente dirán que ‘eran ‘K’ porque aprovechan
que un amplio espacio de ‘indecisos’ va a escuchar esto sin percibir lo que
subyace: una deslegitimación de protestas, demandas o expresiones opositoras adjudicándolas
a un sector político.
Las emociones tienen una relevancia fundamental en las
decisiones. Desde la frialdad del poder neoliberal saben manejar las emociones
populares con la táctica de las falsas noticias o de “la carta robada” * ( Poner
tan visible algo que no se ve): prometer ‘pobreza cero’ fue una falacia desde
el vamos ya que no podría desaparecer en
un sistema capitalista.
En términos de competencia – no es lo que me gusta pero
aplica para una instancia electoral - el triunfalismo es enemigo de la victoria
y la victoria es sólo un momento de cualquier lucha personal o social. Quien se
instala en ello no comprendió que la máquina del Poder trabaja sin pausa.
El don Pirulero le sirve a los que dicen tener ‘el mejor
equipo’; el Gran Bonete a quienes inducen a mirar para otro lado.
Resulta imprescindible la mirada amplia para advertir que
no se trata sólo del bolsillo, sino de
reconstruir el tejido social.
¿Piedra. papel o tijera?
* Semióloga. Docente de la UBA
* Cuento de Edgad Allan Poe
Foto tomada de ABC Color