Publicado el 1 feb. 2020 | Política
A pesar del unánime repudio de todos los estamentos del fútbol argentino, Mauricio Macri fue nombrado Presidente Ejecutivo de la Fundación FIFA creada en 2018, como una ONG independiente, con la intención de “ayudar a promover un cambio social positivo” y hacerlo mediante la educación y el fútbol. Es decir, hacer beneficencia mediante el fútbol y de paso licuar impuestos de la multinacional que más factura en el Mundo como “negocio legal” y tercera en realidad detrás del tráfico de armas y el tráfico de drogas.
Macri, que en su gobierno duplicó la pobreza, le sacó la pensión a 200 discapacitados y la mitad de los remedios gratuitos a los jubilados, será el que determine en que se invierten los 100 millones de dólares que la FIFA le otorgó a la Fundación para la creación de escuelas futbolísticas en el Mundo, aunque esperan recaudar 1.000 millones, con un equipo de socios de todo el Mundo que prometieron aportar a la Fundación.
En la nota de presentación por parte de FIFA, dice textualmente, según la traducción oficial: “Es un gran placer y honor de anunciar que Mauricio Macri va a tomar este puesto al frente de la Fundación de la FIFA”, dijo el Presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que es también el Presidente de la Junta de la Fundación de la FIFA. “Mauricio es el hombre perfecto para dirigir este proyecto, cuyo objetivo es el fútbol arnés para beneficiar a la sociedad. A través de su experiencia como líder de una nación importante, que sabe todo sobre el papel central que la educación va a desempeñar en el futuro de nuestras sociedades, y después de haber presidido uno de los mayores clubes de fútbol exitosos del mundo, él es muy consciente del poder único de nuestro deporte y la pasión sin igual que inspira. Su experiencia y visión, sin duda, permitirán a nuestra fundación a redoblar sus esfuerzos y ampliar su ámbito de actuación con el fin de promover mejoras sociales en todo el mundo “.
El ítalo-suizo Giovanni Vicenzo Infantino, más conocido como Gianni tomó la FIFA en febrero de 2016, con la mayoría de los dirigentes del comité ejecutivo anterior, presos en Estados Unidos o con pedido de captura en sus países, entre ellos su jefe en la UEFA (Unión Europea de Fútbol) el francés Michel Platini, del que era secretario adjunto y asesor legal. Vino a “limpiar el fútbol”, pero en realidad fue un “gatopardo” como decía Lampedusa en su magnífico libro: “Cambiar algo, para que nada cambie” y la FIFA sigue siendo la misma pero con intenciones de ampliar el negocio. Por eso propuso un Mundial de 48 selecciones en lugar de 32 y quiere jugar una liga internacional de clubes. En ambos casos se beneficia la FIFA y los clubes más poderosos y se perjudican las ligas, que pierden casi todo el año a sus clubes que más recaudan, ya que el torneo local lo tendrían que jugar con un equipo B.
Contado esto, hay que decir qué hizo Macri en estos cuatro años por el fútbol argentino. Lo primero fue presionar con la justicia (La jueza María Servini activó un juicio por los fondos de Fútbol para Todos, que era un verdadero disparate) para intervenir la AFA, algo que era muy común de los gobiernos argentinos hasta la aparición de Julio Grondona, que atravesó en 30 años (hasta que murió) gobiernos de todo color político, empezando por la dictadura y ninguno pudo echarlo.
Grondona, que era cuando murió en 2014, el vicepresidente primero de FIFA, había logrado una ley que no le permitía a ningún gobierno intervenir las Asociaciones locales, bajo pena de desafiliación de la Federación Internacional y quedar fuera del negocio Mundial. Por eso, Macri debió forzar que fuera la propia FIFA la que interviniera la AFA y puso allí a su candidato, el presidente de Belgrano, Armando Pérez (que hablaba de Macri como su jefe y como asesores encubiertos a Fernando Marín y Fernando Niembro). La intervención hizo un desastre y terminó de fundir una AFA, que tenía problemas financieros porque Luis Segura, sucesor de Grondona, había abierto el chorro de ayuda a los clubes y todos se llevaban su cheque diferido (a cuenta de…) que reventaban en una mesa de dinero.
Cuando la AFA se normalizó, obligó por intermedio de su delfín Daniel Angelici a que se creará la Superliga, un ente paralelo a la AFA, que se quedaba con todo lo que recaudaran los equipos de primera, incluido los derechos de televisión. Terminó con el Fútbol para Todos, con el pretexto que con ese dinero se iban a hacer 100 jardines de infantes (por supuesto no se hizo ninguno) y “casualmente” se quedaron con los derechos dos empresas norteamericanas Fox Sports y TNT, ganándole con la ayuda de Clarín a otra norteamericana ESPN (que había ofrecido más dinero) y a la española Mediapro. Clarín por intermedio de Trisa, comunicó que si le daban los derechos a Fox y TNT renunciaba al juicio con AFA, de cuando le sacaron los derechos para dárselos a Fútbol para Todos. Ni siquiera había una demanda presentada y las posibilidades de ganar eran por lo menos dudosas, pero eso asustó a los dirigentes y aceptaron “hacer trampa”.
En AFA trató que Marcelo Tinelli no fuera presidente de cualquier manera y terminó pactando con Claudio “Chiqui” Tapia (yerno de Hugo Moyano) al ver que no podía tener un candidato propio, pero le puso a Daniel Angelici de vicepresidente y llenó los puestos gerenciales de amigos, entre ellos el fiscal Raúl Plee. Con la Superliga buscó desfinanciar a la AFA y obligar a los clubes en convertirse en Sociedades Anónimas deportivas, para bien del fútbol argentino no logró ninguna de las dos cosas.
Consecuencia de ello es que actualmente el fútbol argentino es el que menos dinero en dólares gana por los derechos de televisión en toda América, siendo una de las ligas principales y en AFA están tratando de eliminar a la Superliga, para evitar el doble comando que hace que se gaste mucho dinero en infraestructura gerencial y renegociar los derechos de televisión.
Este es el Macri que va a hacer beneficencia en la FIFA y seguramente hará como las principales ONG del Mundo (incluida Unicef) que gastan el 70% de lo que recaudan en Marketing y administración y a los pobres les llega el 30%, mientras los ricos lavan dinero y blanquean otro con ello. Por eso Macri está apto para ello, porque conoce todos los paraísos fiscales y sabe que los pobres siempre son una excusa.
Foto: El País
Fuente: Liliana López Foresi