• 21 de noviembre de 2024, 6:50
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Los desafíos de la década: alimentos vs exportación

Por Pedro Peretti Máximo Paz

La Argentina enfrentará una década (la próxima) de tensión entre el abastecimiento de su mercado interno y las demandas exportadoras para con sus productos primarios. El trigo a 60 días de terminada su cosecha ya tiene el 90% de su saldo exportable comprometido, ¿qué molerán los molinos y a qué precio en el segundo semestre para abastecer el mercado interno? Sólo Dios lo sabe.

El maíz que es, hoy por hoy, un insumo básico difundido para atender cinco cadenas alimentarias esenciales (leche, huevos, pollos, carnes vacuna y porcina) subió un 2,15% su performance exportadora respecto al año anterior y sumó 6151 millones de U$S, ubicándose en 2º lugar de ingreso de divisas externas después de la soja. Esta que coparticipa con el maíz en las cinco cadenas alimentarias básicas sumó ventas por 14.865 millones de U$S y representa un 27% de las exportaciones argentinas.

Los lácteos agregaron negocios con el exterior por 1002 millones de dólares, un aumento de transacciones del 26% con respecto al año precedente. También tuvieron subas comparadas con la campaña anterior: el ajo 38%, la miel 13,8%, el azúcar 3,2%, la yerba mate 9,3% y el garbanzo 34,5%…La carne vacuna alcanzó en el 2019, todo un récord: 844.000 toneladas, el mayor volumen exportado en los últimos 50 años.

Como vemos, son todos artículos que componen la mesa de los argentinos y tienen altas solicitudes externas con precios crecientes. Estas demandas de compra son una buena noticia para la economía en general, pero una verdadera acechanza para el poder de compra de los sectores de ingresos fijos, si no se encuentra algún mecanismo de desacople.  Al no existir filtro regulador estatal alguno (al menos hasta hoy) estos aumentos, aparte de encarecer los alimentos, son una forma de ingreso de la inflación por vía externa que impacta en los índices locales.

Esta situación nos habilita una pregunta: ¿es esta una cuestión pasajera o es un escenario estable a mediano plazo?

Veamos: según las estimaciones del USDA China para el 2030 va a necesitar acrecentar sus exportaciones de soja a 140 millones de tn/año. Hoy consume 115 millones. Para llegar a los 140 millones de tn estimadas como necesarias para satisfacer su consumo interno implica que la producción debe crecer a un ritmo promedio del 3,5 % anual. Pero la ciencia agronómica estima que los rindes crecerán a lo sumo en un 1 o 2% anual.

Por lo tanto: ¡¡¡A defender los bosques ya!!!

Pensar que China en 1996 solo producía y consumía 15 millones de tn/año y que ese aumento histórico del consumo es el que modeló a su antojo a la Argentina agropecuaria desde la década del noventa para acá. Esa demanda externa es la que generó el paradigma agrario que nosotros denominamos de: sojizaciòn inducida con concentración de tierras y rentas, responsable de este desastre ambiental, poblacional, y alimentario que es la producción de granos hoy en nuestro país. La verdad es que la Argentina no produce alimentos para 400 millones de personas como lo sostiene el mito neoliberal, sino que vende forrajes para alimentar cerdos y aves del sudeste asiático que a su vez se convierten en alimentos …

La demanda actual y las perspectivas que estuvimos marcando nos indican que el mercado interno de alimentos va a estar sacudido por los precios externos por toda la próxima década. Esta situación externa alcista toma al estado argentino casi inerme, sin instrumentos específicos para proteger el consumo popular de alimentos. Todo el esquema protectivo montado durante la segunda mitad del siglo XX para proteger a productores y consumidores (Junta Nacional de Granos, de Carnes, de yerba Mate, ley de arredramientos, etc.) fue literalmente arrasado durante la fatídica década del 90.

¿Qué hacer ante esta situación? …El Estado Argentino en defensa de los intereses comunes de toda la población solo tiene una alternativa: volver a encontrar esquemas de intervención y regulación del mercado de granos y alimentos acordes a estos tiempos; que de forma inteligente y enérgica desacoplen los precios internos de los de la exportación. Los instrumentos para tal fin son múltiples: segmentar retenciones, diferenciar por tamaño a los productores, poner cupos a las exportaciones, creación de organismos reguladores, mercados de cercanías, Chacra mixta, etc. Es tiempo de agudizar la inteligencia y no tener miedo al debate público sobre los ordenamientos en el uso y la tenencia de la tierra y sus derivados: los alimentos.

No es fácil, pero tampoco tan difícil como parece.

Salud y cosechas

Fuente: Revista La Barraca

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