• 21 de noviembre de 2024, 6:48
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Está viniendo lo nuevo

Por Alejandra Dandan

Alejandro “Coco” Garfagnini y Fernando Gómez quedaron sobre el escenario. Abajo, la avenida 9 de Julio comenzaba a vaciarse. Los dos referentes del Frente Milagro Sala hacían las primeras evaluaciones de la convocatoria que llenó nuevamente la 9 de Julio y parece haber marcado el comienzo de un final del gobierno de Mauricio Macri. “Dos marchas en un mes, sin colectivos, sin aparatos, es algo inédito en la historia argentina”, dijo Coco. “Esta convocatoria se hizo a través de las redes sociales. ¡Cientos de miles de personas en la 9 de Julio, en dos actos convocados a partir de las redes sociales!”, dijo. “Esto no es causal: acá no hay gente que apaga la televisión, sale a la calle y viene. No. Son compañeros que están organizados. Esto es posible porque hay miles y miles trabajando en el territorio, una militancia que está surgiendo y se está haciendo cargo de la agenda de este país”.

Cada porción de la calle podía dar cuenta de esa historia. Carlos Micó, un artista plástico que trabajó parte de su vida como chef, dejó de hacer comidas cuando entendió que ese arte efímero servía para que lo pague gente con dinero, pasó a cocinar viandas para un comedor popular y dedicó buena parte de la última noche a dibujar un cartel con una calavera para retratar el país hecho añicos en las tripas de un FMI devorador. Una mujer pasó con la bandera en la espalda en dirección al punto de concentración. Sobre la tela escribió también ella la consigna del NO AL FMI Y SUS RECETAS. Mientras andaba, con el cuerpo trasformado en metáfora repetida en miles de cuerpos, sacó uno de los brazos de abajo de un poncho y señaló unos metros más adelante. “¿Ves por qué pongo esto?”, dijo. Y mostró dos personas que dormían en la calle.

 

 

La movilización del 9-J fue efectivamente multitudinaria. El escenario calculó 300.000 personas. Volvieron a la calle como lo hicieron el 25 de Mayo. Recuperaron modos de protesta, pero también de celebración como las fiestas ocurridas para estos días entre 2003 y 2015. En este caso la concentración conmemoró dos siglos y dos años de la Independencia con el contraplano del acuerdo con FMI como símbolo de todo lo malo de este gobierno. La ocupación de la calle tuvo como diálogo de fondo la reclusión del gobierno en la provincia de Tucumán con el presidente amurallado entre funcionarios, despliegue de cámaras y ausencia de personas de verdad. La 9 de Julio convocada por actores, movimientos sociales, sindicatos, partidos políticos y organismos de derechos humanos sin aparatos ni publicidad llenó la avenida más ancha del mundo pese a la furia del frío, y se extendió desde el ministerio de Desarrollo Social hacia el sur. Como pedían las consignas, quienes se acercaron prepararon carteles y banderas. Y el escenario mantuvo como reclamo central la denuncia contra los 357 trabajadores despedidos de Telám. Pero a diferencia de lo que sucede desde hace dos años y medio, esta movilización comenzó a leerse como parte del nuevo tiempo marcado por el acuerdo con el FMI. Ese acuerdo que empieza a cobrarse la imagen del gobierno en las encuestas, en la calle muestra que no sólo existe espacio para la resistencia, sino la presencia de todo tipo de organizaciones diversas que elaboran alternativas de algo parecido a una construcción.

 

El finado

Bruno Capra es ingeniero, especialista en telecomunicaciones, recibido hace más de cuarenta años. Llegó a la 9 de Julio con bolsas de tela que decían No al tarifazo. Bolsas que tenía a la venta por 10 pesos, para financiar algún proyecto de su organización. Capra pertenece al Instituto Scalabrini Ortiz y al paso habla de sus diagnósticos sobre energía y de cómo la calle tardó dos años y medio en entender lo que sucede. Y en este diálogo entre pasado y presente, evaluaciones y miradas, dice: “En política todo momento de crisis es esperanzador. Y acá se viene una cosa peor de lo que vimos. Es malo, pero viene peor. Van a agotarse todas las reservas y nos van a dejar sin ningún poder de reacción, nos dejan en Pampa y la Vía y sin una moneda”. Y dice también: “Mi impresión es que este gobierno ya se terminó. Esto es como el fallecido cuando todavía no llega el médico a dar el diagnóstico. Lo que no quita que no pueda hacer aún más daño, como sucedió con el CIADI. ¿Vos te acordas de lo que pasó con el CIADI?”.

El escenario estuvo conducido nuevamente por dos mujeres. “Desesperación, hambre, ajuste, dolor y muerte: no queremos eso para la Patria”, dijo una de ellas. “¡Afuera el FMI! Queremos una Patria libre, justa y solidaria”. Y la gente, abajo, acompañó:

¡Patria sí! ¡Colonia, no!

Cerca de la una de la tarde subieron Liliana Herrero y Teresa Parodi. “Vamos en tanto entrando en calor”, se oyó desde el escenario. Alguien comentó que si hubiese habido sólo un poquito de sol, las asistencias se hubiesen multiplicado. El fuego de los puestos callejeros dieron algún cobijo contra las nubes. Y arriba pedían un fuerte aplauso a las cantantes. Entró Alejandra Darín del colectivo de Actores todavía sin entender por qué los medios tienen ese afán de ponerlos a ellos en la cabeza de la protesta. “¿Actores?”, dijo. “¿Pero no ven que acá lo que hay es gente con hambre?”

—¡A ver quien baila este chamamé! —dijo Teresa Parodi. Y se puso a cantar:

Tanto dolor que humilla
pero en tu piecita de lata
esa musiquita

Esa musiquita del pueblo
esa musiquita
tan arrastradita que suena
tan arrastradita
cómo te acompaña y te mece
cómo te acaricia
cómo te devuelve a la vida
esa musiquita

Abajo corrió el canto y la fiesta. Dos parejas de mujeres bien grandes abrieron calle y columnas para el baile.

 

 

“Prácticamente pasó poco menos de un mes entre una celebración y otra y en ese tiempo hicimos dos 9 de Julio”, seguía Coco, tratando de explicar eso que pasaba. “Yo no recuerdo dos movilizaciones así en menos de un mes. Me dicen que hay gente compacta hasta Independencia. Este nivel de movilización popular indica que ese gobierno ya está en retirada. Que ya empezó a irse. Se está yendo y está viniendo lo nuevo. Y ese es un dato objetivo, sale de la realidad”.

—Siguen llegando columnas de argentinos y argentinas para decir la Patria no se rinde —se oyó desde el escenario. Y se inició la lectura de adhesiones. Momento que explica la diversidad de esa calle. Adhieren Urbana TV, el primer canal villero del país. Adhieren los abogados y abogadas de la red de lesa humanidad del colectivo Mario Bosch, y el escenario recuerda al abogado de las causas por la masacre de Margarita Belén. Adhieren quienes recuerdan los 42 años de la masacre de San Patricio. Y el escenario va reuniendo a Estela de Carlotto de Abuelas de Plaza de Mayo, Lita Boitano de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Vera Jarach y Taty Almeida de Madres de Plaza de Mayo, entre otras organizaciones. Las locutoras siguen deslumbrándose: “¿Como imaginar que íbamos a cantar el Vamos a volver con el compañero Juan Falú?”

 

Foto: Ana Cano

 

A la mañana temprano Radio Rebelde montó una emisora abierta en la esquina de Moreno y 9 de Julio que se transformó en uno de las pocos puntos de conexión directa con lo que pasaba en la calle. TN anunciaba un día nublado apto para asados, sin imágenes de la calle. El diario La Nación puso en línea las primeras noticias del Tedéum sin Macri. Con Gabriela Michetti, el arzobispo de Tucumán Carlos Sánchez se pronunció contra la legalización del aborto, pañuelo que a la tarde recogió para alinearse la gobernadora María Eugenia Vidal. Macri habló en Tucumán rodeado por un operativo de seguridad de 2.500 policías. Dijo que el país está atravesando una tormenta, admitió por primera vez que se debe a “temas de nuestra propia gestión”, también del mercado externo y gobiernos anteriores, en plural. “Pero debemos tener confianza, porque sabemos adónde vamos”. Y remató: “El rumbo de este barco sigue siendo el mismo”.

Agustín Rossi intentaba pensar en eso. “Acá no es problema de tormentas o de barcos: el problema es el modelo”. A pocos metros de distancia, Ricardo Forster pensaba en cambio en una situación de soledad. “Se acercan tiempos críticos. Estamos entrando a una etapa muy compleja, muy riesgosa de la Argentina”. Y allí se preguntó qué sucede cuando un gobierno no despierta una dosis mínima de afecto. “¿Cómo se sostiene sin una corriente mínima de afecto de ninguna parte? Porque tampoco la tiene de parte de la sociedad que sigue pensando que Macri es su referente. Eso es muy impresionante. Para cualquiera que lea las complejidades de la sociedad, ese es un punto de ruptura”, dijo. “Un punto que vuelve imposible imaginar continuidad a mediano plazo de un gobierno como este, que no se sabe a quién le habla. Hay que ver cómo sigue en el año y medio muy complejo que tiene por delante”.

Radio Rebelde ponía al aire una de las despedidas de Télam, eje también del escenario y de los puntos de concentración en la calle. “En un gazebo muy concurrido, compañeros y compañeras de la Agencia Nacional de Noticias visibilizaron el conflicto por los 357 despidos y lograron la adhesión de los cientos de miles de asistentes y de los conductores de la actividad desde el escenario”, señaló el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) que reclamó la inmediata reincorporación de lxs desplazadxs, el cese de la persecución y la apertura de una mesa de negociación que la empresa se resiste a convocar.

 

Foto: Ana Cano

 

La calle

La Túpac concentró con una bandera que surcó la 9 de Julio. Camioneros construyó un altar para su santo protector con otra bandera: HUGO MOYANO EL SANTO DE LOS TRABAJADORES. Y muy cerca quedó otra bandera que pedía BASTA DE TARIFAZOS, con la presentación de un movimiento de Desobediencia Civil, integrado por vecinos contra los medidores. Germán y Juan de San Miguel suelen presentarse como putos, pobres, peronistas y kirchneristas. Y llegan a cada marcha con paraguas multicolores intervenidos por carteles. En este caso revisaron los primeros carteles de protesta de la era Macri, realizados durante los primeros meses de marchas al Congreso. Siguieron con los que prepararon para las marchas de Educación, Científicos, Universidades y ATE. Por eso, dice Germán, llegaron esta vez sin carteles nuevos porque incluso los más viejos todavía seguían vigentes.

 

 

Alrededor de las cuatro el escenario anunció la lectura del documento. Leyeron Gerardo Romano y Carolina Papaleo. “Rompamos las cadenas de un ciclo veloz y brutal de endeudamiento externo, que pretende condenar a generaciones de argentinas y argentinos a seguir pagando los negocios que están haciendo unos pocos”, dijo Romano. “La deuda externa contraída por el gobierno de Mauricio Macri es ilegal e ilegítima”, explicó. “Ha tenido como destino exclusivo engrosar los balances de un puñado de grandes corporaciones. Que la paguen ellos, y no vengan nunca más a recurrir al sacrificio de los humildes y explotados”. El documento también tomó la agenda del ARA San Juan y el escenario recordó a los familiares que protestan a sólo ocho cuadras. También exigieron marcha atrás con el anuncio de intromisión de las Fuerzas Armadas en políticas de seguridad interior.

—¿Quién nos gobierna en este momento?

Le preguntó Matías Galán, 27 años, periodista de Almirante Brown, al compañero Chivo Rossi. Matías tiene su programa Paso de Vencedores en FM Caribe. Rossi le responde. Y Matías vuelve a preguntar. Ahora quiere saber: de cara a las lecciones, ¿cuales son las alternativas que ofrece la oposición? Rossi le dice que hay que pasar de la resistencia a la construcción de una alternativa para el 70 por ciento que no está de acuerdo con Macri. Para mostrar que se puede gobernar de otra manera.

Fernando Gómez y Coco Garfagnini terminan la evaluación. Siguen arriba del escenario mientras alrededor el mundo se va disgregando. Coco dice que ya piensa en el 17 de Octubre. Fernando que en la Argentina hay un nivel altísimo de movilización popular. Lo que simbolizan estas dos movilizaciones, explica, “es que lo que convoca es una linea profunda de afectados por las políticas actuales, pero el acuerdo con el FMI terminó de despertar un activo político que se siente protagonista de los últimos doce años. Creo que lo que está pasando es que el pueblo en la calle empezó a demandar un destino”.

Fuente: El Cohete a la Luna

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