"Cámara de compensación de información" del 20 de septiembre de 2019: los resultados de las elecciones israelíes del martes han confirmado lo que muchos de nosotros hemos sabido durante mucho tiempo. El estado judío es el pantano más ultraderechista de la derecha. Israel es el 'buitre', más 'buitre' que nunca. No hay un solo partido judío de izquierda israelí. El Partido Demócrata es dirigido y asesorado por un criminal de guerra. Lo que queda del Partido Laborista de Israel tiene muy poco que ver con la paz, la armonía y la reconciliación. De hecho, ese Partido también está dirigido por una persona acusada y buscada por crímenes de guerra.
Tal como están las cosas, aunque el bloqueo religioso / derechoso de Bibi se ha reducido, Israel es más derechista que nunca. El primer ministro israelí -con más años de servicio como tal- no puede formar su natural / coalición religiosa de derecha. La mayoría, de los comentaristas israelíes, está de acuerdo en que la única forma de salir del estancamiento político actual es con un amplio gobierno ultranacionalista dirigido por el Likud, el partido Azul y Blanco (Azul-Blanco, movimiento de centro-derecha fundado por el general Benny Gantz ) y otros. Tal coalición será negociada -en los próximos días- por el 'rabioso fanático nacionalista' Avigdor Lieberman, quien hábilmente se convirtió en el 'rey de reyes' de Israel.
Si bien Netanyahu ha demostrado ser bastante cauteloso -en su despliegue de las vastas fuerzas militares israelíes- hay muy buenas razones para creer que una coalición liderada por Azules y Blancos -sus generales de las Fuerzas de Defensa Israelíes- y Lieberman y Netanyahu puede ser menos adepta a tales maniobras. Los componentes del próximo gobierno de Israel están destinados a competir, entre ellos, por el título de «Señor de la seguridad». Tendrán que estar decididos a restablecer el 'poder de disuasión israelí' desaparecido hace mucho tiempo y, presumiblemente, presionarán para imponer medidas cuestionables que, probablemente, llevarán a la región a otra violenta masacre.
Esto fue escrito -en la muralla- hace algún tiempo. Israel, que nació para emancipar a los judíos de la diáspora, para reemplazar el gueto judío y erradicar la mentalidad del gueto, no solo fracasó en su misión: ha madurado en el epítome y -como un enorme gueto- se ha rodeado de murallas. Odia a sus vecinos y, por supuesto, tampoco es amado.
El gueto judío -en la costa palestina- se asemeja, en muchos niveles, a su antepasado en Europa del Este. Los judíos de Israel solo están unidos por sentimientos de odio hacia sus vecinos, aunque entre ellos están en total desacuerdo sobre casi todo lo demás. Una vez más viene a mi mente la vieja broma yiddish: «¿Cuántas sinagogas necesitas en una aldea con un solo judío? Dos, una para ir y otra para boicotear». Los judíos se definen no solo por lo que son o por lo que creen ser, sino también por lo que odian o por lo que afirman cuando son opositores.
Israel no está preocupado por su incumplimiento de la 'otrora promesa sionista' de "civilizar a los judíos" mediante un saludo de "bienvenida a su casa", para que fueran "personas como todas las demás personas". Durante más de tres décadas, Israel se ha definido a sí mismo como el Estado judío. Israel no es el estado de sus ciudadanos. Israel es el estado de los judíos, tanto israelíes como de la diáspora. Israel es un estado que hace cumplir las leyes raciales y ha institucionalizado la discriminación contra otros habitantes de la misma tierra, los palestinos.
A diferencia de los judíos israelíes -que están divididos en su política- los palestinos están más unidos que nunca y no solo en Gaza. Una vez más, la Lista Árabe Unida es el tercer partido más grande de la Knéset. Si el Likud y el Azul y Blanco logran formar un gobierno de unidad nacional, el partido árabe liderará la oposición en la Knéset. El partido árabe no solo unió a los palestinos en Israel, es además el único 'partido de izquierda' en el parlamento israelí. Se ha dicho que el Partido se expandió electoralmente, el martes pasado, porque los muy pocos judíos israelíes -que se adhieren a los valores universales de izquierda- dieron sus votos al partido árabe. Es más que simbólico que la única fuerza política, humana y universal, en el 'gueto israelí', sea un 'partido palestino'.
*Gilad Atzmon es saxofonista, escritor y activista político. Nació en Israel, pero ahora vive en Londres. https://gilad.online
Foto: JNS.org
Traducción: Martha Herring