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Publicado el 17 feb. 2025 | Política
Fuente: Pagina 12
En la galería de Presidentes, en la Casa Rosada, no puede no figurar desde ahora mismo una personalidad emblemática por sus estudios quizá inconclusos, o sus amores caninos, o la simpatía de su sonrisa in-creíble (o sea, no creíble) y perturbadoramente original. Quien justo ayer se mandó un moco fenomenal que tiene a toda la República, y al mundo entero, en un fabuloso y originalísimo suspiro tras otro.
Y es que el Presidente de la República Argentina es hoy (todavía) una de las figuras más relevantes del planeta, que goza (o gozaba hasta ahora) de la amistad de los Sres. Elon Musk y Donald Trump, y de la Sra. Yuyito González así como de la infaltable complicidad filial de su hermana Karina.
Incomprendido como todo genio o acaso delirante habitual, y seguramente envidiado por propios y sobre todo ajenos, este hombre hasta hace menos de un día parecía vivir una hora de gloria más en la que –como Presidente de la República– se le debían reconocer muchos méritos en lugar de tantas críticas como le venían haciendo miles y acaso millones de envidiosos y retardatarios que se suponía que no estaban a su altura intelectual ni le pisaban los talones ni lo comprendían psíquicamente ni psicológicamente.
Por eso esta columna –y era hora– realizó durante toda la semana una investigación exhaustiva para desentrañar sus verdades de estadista, que es lo que el pueblo argentino se merece de un primer mandatario que reluce en la galería de distinguidos presidentes como esta república ha tenido, baste pensar en personalidades como el almirante Isaac Rojas o el general Leopoldo Fortunato Galtieri, o más cerca en el tiempo intelectuales lúcidos y brillantes como Carlos Saúl Menem o María Estela Martínez de Perón, quienes representaron a la República Argentina con sabidurías y encantos siempre desconocidos por el ingrato pueblo argentino.
Para probar su calidad intelectual de gran estadista, el Sr. Presidente bien sentenció la noche del sábado y desde el vamos, que él no tenía nada que ver con una estafa gigante que rondaba el planeta y estas pampas, porque de todos modos el ajuste, cualquiera fuese, lo iba pagar "la casta". No dijo que lo pagariola el pueblo, desde luego, pero sí dijo que él "vino a salvarnos de un ucrónico 17.000% de inflación".
Frase que dejó temblando a medio país hasta que él explicó, entre otras cosas:
a) Que ahora hay apenas un 2% de inflación.
b) Que los salarios y las jubilaciones ya le están ganando a la inflación.
c) Que los salarios promedio ya rondan los 1.000 dólares x mes.
d) Que ha mejorado sensiblemente la seguridad, ya que su gobierno logró bajar en un 20% los asesinatos de mujeres.
d) Que también ha mejorado la educación, y tanto que ya es urgente y necesario rebajar el Ministerio a Secretaría, y con tan grande éxito de su decisión que hasta se da el lujo de subejecutar el ya disminuido presupuesto educativo.
Por cierto, todo el país sabe que tiene 5 perros con ilustres nombres británicos, pero a los que, como a Dios, nadie los ve jamás.
Y por si todo fuera poco, se conocieron sus justas quejas de cuando no era bien entendido en otros asuntos fundamentales, como que la mayoría de las instituciones nacionales (universidades, medios, museos, institutos culturales) ahora no reciben sus presupuestos porque "están siendo auditadas", tal como corresponde proceder ante la siempre sospechosa actividad cultural.
Como se aprecia, el Sr.Milei se considera todavía un gran presidente más allá de injustas o caprichosas incomprensiones, como ese chisme malintencionado que niega que a él como Presidente sí le importa la tecnología, y tanto le importa que su gobierno está desarrollando un plan nuclear incomprendido o secreto, no se sabe bien, pero que sí lo avala y por eso ha ordenado desarmar las instituciones que sostienen bases científicas y de innovación tecnológica.
Para todo esto, el Sr.Presidente de la República Argentina dice tener un título de doctor en economía, expedido por ya no recuerda esta columna, ni él, de qué universidad se trata.
Peccata minuta, diríase, porque dadas sus ocupaciones y elevados pensamientos él no puede distraerse de la atención a sus magnos asuntos íntimos, como su novia Yuyito, quien si todo marcha bien como hasta ayer a la noche es posible que pronto pase a la categoría de Arbolito.
Por cierto, sólo 24 horas antes de la hecatombe el Presidente había asegurado que comprando la moneda $LIBRA del proyecto "Viva la Libertad" la ciudadanía podría apoyar a los emprendedores nacionales, de quienes solamente no se sabían ni se saben tres cosas: quiénes son, qué hacen y dónde están.
Lo que pasa, reconoce esta columna, es que somos un pueblo de gente desconfiada, como ya se vio con el Presidente anterior, que se pasó 4 años mostrándose como lo que no era hasta que la ciudadanía comprobó que no era, nomás.
Pero eso se debe a que, después de todo, los votantes en este país siempre nos quejamos y eso que aquí la democracia funciona de manera ejemplar, ya ven que mientras Menem rifaba el país y caía la producción de todo, lo que más creció en Buenos Aires fueron la revolución inmobiliaria y los burgueses ricachones del “campo” que viajan a Brasil y a Europa con sus amantes, donde cargan baterías para volver cada temporada con el cretinismo intacto y las billeteras siempre gordas.
En realidad, el Presidente Milei bien puede haberse confundido ahora, de tanto trabajo que tiene con sus amantes, joven y potro como es, y se ve que no tiene tiempo ni para ir a una peluquería a que le arreglen ese peinado mamarrachesco que sin embargo parece que le gusta, nomás, y habrá que respetarlo.
Como hay que respetar su pasión canina, aunque quién sabe dónde tiene sus famosos 5 perros de nombres irlandeses o escoceses, que por lo que parece ya no tiene tiempo ni para verlos. Quizás porque anda ocupadísimo entre chat y chat con grandes intelectuales del planeta, porque él sí está empeñado en cumplir su sueño de oro: mostrarse como un intelectual brillante y original, y además economista respetado. Lo que pasa es que no le sale, nomás.
Incomprendido como todo genio o acaso delirante habitual, y seguramente envidiado por propios y sobre todo ajenos, este hombre hasta hace menos de un día parecía vivir una hora de gloria más en la que –como Presidente de la República– se le debían reconocer muchos méritos en lugar de tantas críticas como le venían haciendo miles y acaso millones de envidiosos y retardatarios que se suponía que no estaban a su altura intelectual ni le pisaban los talones ni lo comprendían psíquicamente ni psicológicamente.
Por eso esta columna –y era hora– realizó durante toda la semana una investigación exhaustiva para desentrañar sus verdades de estadista, que es lo que el pueblo argentino se merece de un primer mandatario que reluce en la galería de distinguidos presidentes como esta república ha tenido, baste pensar en personalidades como el almirante Isaac Rojas o el general Leopoldo Fortunato Galtieri, o más cerca en el tiempo intelectuales lúcidos y brillantes como Carlos Saúl Menem o María Estela Martínez de Perón, quienes representaron a la República Argentina con sabidurías y encantos siempre desconocidos por el ingrato pueblo argentino.
Para probar su calidad intelectual de gran estadista, el Sr. Presidente bien sentenció la noche del sábado y desde el vamos, que él no tenía nada que ver con una estafa gigante que rondaba el planeta y estas pampas, porque de todos modos el ajuste, cualquiera fuese, lo iba pagar "la casta". No dijo que lo pagariola el pueblo, desde luego, pero sí dijo que él "vino a salvarnos de un ucrónico 17.000% de inflación".
Frase que dejó temblando a medio país hasta que él explicó, entre otras cosas:
a) Que ahora hay apenas un 2% de inflación.
b) Que los salarios y las jubilaciones ya le están ganando a la inflación.
c) Que los salarios promedio ya rondan los 1.000 dólares x mes.
d) Que ha mejorado sensiblemente la seguridad, ya que su gobierno logró bajar en un 20% los asesinatos de mujeres.
d) Que también ha mejorado la educación, y tanto que ya es urgente y necesario rebajar el Ministerio a Secretaría, y con tan grande éxito de su decisión que hasta se da el lujo de subejecutar el ya disminuido presupuesto educativo.
Por cierto, todo el país sabe que tiene 5 perros con ilustres nombres británicos, pero a los que, como a Dios, nadie los ve jamás.
Y por si todo fuera poco, se conocieron sus justas quejas de cuando no era bien entendido en otros asuntos fundamentales, como que la mayoría de las instituciones nacionales (universidades, medios, museos, institutos culturales) ahora no reciben sus presupuestos porque "están siendo auditadas", tal como corresponde proceder ante la siempre sospechosa actividad cultural.
Como se aprecia, el Sr.Milei se considera todavía un gran presidente más allá de injustas o caprichosas incomprensiones, como ese chisme malintencionado que niega que a él como Presidente sí le importa la tecnología, y tanto le importa que su gobierno está desarrollando un plan nuclear incomprendido o secreto, no se sabe bien, pero que sí lo avala y por eso ha ordenado desarmar las instituciones que sostienen bases científicas y de innovación tecnológica.
Para todo esto, el Sr.Presidente de la República Argentina dice tener un título de doctor en economía, expedido por ya no recuerda esta columna, ni él, de qué universidad se trata.
Peccata minuta, diríase, porque dadas sus ocupaciones y elevados pensamientos él no puede distraerse de la atención a sus magnos asuntos íntimos, como su novia Yuyito, quien si todo marcha bien como hasta ayer a la noche es posible que pronto pase a la categoría de Arbolito.
Por cierto, sólo 24 horas antes de la hecatombe el Presidente había asegurado que comprando la moneda $LIBRA del proyecto "Viva la Libertad" la ciudadanía podría apoyar a los emprendedores nacionales, de quienes solamente no se sabían ni se saben tres cosas: quiénes son, qué hacen y dónde están.
Lo que pasa, reconoce esta columna, es que somos un pueblo de gente desconfiada, como ya se vio con el Presidente anterior, que se pasó 4 años mostrándose como lo que no era hasta que la ciudadanía comprobó que no era, nomás.
Pero eso se debe a que, después de todo, los votantes en este país siempre nos quejamos y eso que aquí la democracia funciona de manera ejemplar, ya ven que mientras Menem rifaba el país y caía la producción de todo, lo que más creció en Buenos Aires fueron la revolución inmobiliaria y los burgueses ricachones del “campo” que viajan a Brasil y a Europa con sus amantes, donde cargan baterías para volver cada temporada con el cretinismo intacto y las billeteras siempre gordas.
En realidad, el Presidente Milei bien puede haberse confundido ahora, de tanto trabajo que tiene con sus amantes, joven y potro como es, y se ve que no tiene tiempo ni para ir a una peluquería a que le arreglen ese peinado mamarrachesco que sin embargo parece que le gusta, nomás, y habrá que respetarlo.
Como hay que respetar su pasión canina, aunque quién sabe dónde tiene sus famosos 5 perros de nombres irlandeses o escoceses, que por lo que parece ya no tiene tiempo ni para verlos. Quizás porque anda ocupadísimo entre chat y chat con grandes intelectuales del planeta, porque él sí está empeñado en cumplir su sueño de oro: mostrarse como un intelectual brillante y original, y además economista respetado. Lo que pasa es que no le sale, nomás.