• 17 de octubre de 2025, 9:29
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“Cuanto hicieron a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicieron” (Mateo 25,40)

Por Grupo de curas en opción por las y los pobres

Reflexión dirigida a aquellos con quienes compartimos la misma fe y el amor militante a las víctimas de la pobreza y la injusticia, con motivo de las próximas elecciones legislativas del 26 de octubre.


En todo gobierno democrático se supone que debiera haber división de poderes. El poder legislativo, como sabemos, es el que procura las mejores leyes, en los diferentes órdenes y espacios. Como es evidente, siempre hay nuevos temas, o leyes que han quedado desactualizadas, o que se manifiestan ineficaces o las hay insuficientes que requieren nuevas. Sabemos que puede haber leyes que sean injustas, o incluso inconstitucionales, y es por eso que pretendemos el mejor y más justo Poder Legislativo posible.


Como representantes del pueblo (diputados) o de las provincias (senadores) los legisladores tienen la responsabilidad de proponer leyes, o incluso poner límites a los abusos de otros poderes, como es el caso de frenar tantos proyectos de leyes que atentan contra los y las pobres. Las actitudes de injusticia manifiesta del Poder Ejecutivo y sus legisladores contra las personas con discapacidad, contra los jubilados, la educación pública, las universidades, la salud pública, como los casos de los hospitales Garrahan, Posadas o el Clínicas, o la vergonzosa resignación de soberanía en lo económico, lo territorial y de los recursos en manos de la potencia hegemónica, nos ponen en estado de alerta frente a la urgencia por elegir candidatos de aquellas fuerzas políticas que se hayan opuesto a la injusticia social, al saqueo y el colonialismo.


Recientemente, el Papa León XIV hizo público su primer documento centrado claramente en el amor que se ha de tener por los pobres (se la conoce por su nombre en latín, Dilexi Te). De ella extraemos estos pasajes con los que pretendemos invitar a pensar a la hora de emitir nuestro voto:


Los pobres no están por casualidad o por un ciego y amargo destino. Menos aún la pobreza, para la mayor parte de ellos, es una elección. Y, sin embargo, todavía hay algunos que se atreven a afirmarlo, mostrando ceguera y crueldad. (…) No podemos decir que la mayor parte de los pobres lo son porque no hayan obtenido “méritos”, según esa falsa visión de la meritocracia en la que parecería que sólo tienen méritos aquellos que han tenido éxito en la vida. (# 14)


…es preciso seguir denunciando la “dictadura de una economía que mata” y reconocer que «mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común. Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone, de forma unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas». Aunque no faltan diferentes teorías que intentan justificar el estado actual de las cosas, o explicar que la racionalidad económica nos exige que esperemos a que las fuerzas invisibles del mercado resuelvan todo, la dignidad de cada persona humana debe ser respetada ahora, no mañana, y la situación de miseria de muchas personas a quienes esta dignidad se niega debe ser una llamada constante para nuestra conciencia. (# 92)


Se vuelve normal ignorar a los pobres y vivir como si no existieran. Se presenta como elección racional organizar la economía pidiendo sacrificios al pueblo, para alcanzar ciertos objetivos que interesan a los poderosos; mientras que a los pobres sólo les quedan promesas de “gotas” que caerán, hasta que una nueva crisis global los lleve de regreso a la situación anterior. Es una auténtica alienación aquella que lleva sólo a encontrar excusas teóricas y no a tratar de resolver hoy los problemas concretos de los que sufren. (# 93)


Agradecidos por esta carta del papa León queremos seguir escuchando a Jesús que nos dice – y con frecuencia León lo repite en el texto – que Jesús se identifica con las víctimas y por eso dice “Cuanto hicieron a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicieron” (Mateo 25,40)


Creemos que la Patria se encuentra en un momento dramático, en el que la democracia de muy baja intensidad que ostenta el Poder Ejecutivo – con la complicidad del Poder Judicial en el cual no se avergüenza de intervenir impunemente – requiere límites o voces que se levanten claras y contundentes en favor de los pobres y de las víctimas que este mismo gobierno engendra día a día (aunque los “dibujos” oficiales quieran hacer creer lo contrario). Los problemas políticos se solucionan con mejores políticas, no con espectáculos musicales o con abrazos clientelares; no esperamos que, desde afuera, ni los EEUU ni el FMI, nos indiquen ni a quién votar ni las mejores políticas económicas, ciertamente, mejores “para ellos”. Reiteramos que una política que no tenga en cuenta la dignidad de las personas empobrecidas sólo merece rechazo. Y esperamos que eso se manifieste en las urnas.

 

17 de octubre 2025 (fiesta de san Ignacio de Antioquía)

Curas en opción por las y los pobres


Fuente: Grupo OPP

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