• March 19, 2024 at 5:11 AM
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La Deuda, la Casa, la Palabra

Por José Muchnik

Poetas, salgan de sus clósets, Abran sus ventanas, abran sus puertas […] Los árboles siguen cayendo y no iremos más a los bosques. No hay tiempo para sentarse en ellos mientras el hombre quema su propia casa para asar un cerdo” Lawrence Ferlinghetti, Manifesto Populista, San Francisco-USA, Junio 1975

¡¿Por qué esa sonrisita maliciosa!? ¿Acaso un viejo poeta no tiene derecho a escribirle al Presidente de la República? ¡Corrió tanta tinta desde el 12 de setiembre! Personas más idóneas que el suscripto analizaron la paliza electoral sufrida por el oficialismo, expusieron hipótesis, detallaron causas, prodigaron consejos. Me pregunto ¿Para qué echar más sílabas al fuego? ¿Qué puede agregar un viejo poeta? Usted dirá Señor Presidente. Pasa que la patria duele y el exilio agregó lo suyo, entonces escribo, me alivia. A pesar de la gravedad del momento y de las tragedias que vivimos, privarse de humor agravaría el drama, privarse de poesía sería suicida. Esta es una lucha a largo plazo, no apta para ansiosos, los que tenemos madrugadas y lágrimas acumuladas en el haber, lo sabemos en demasía. La paliza electoral produjo desasosiego, bronca, tristeza… Una oleada de sentimientos busca su cauce, la frágil unidad del Frente de Todos corre riesgo de derrumbarse, el gorilaje embravecido afina sus instrumentos… Noviembre no es línea de llegada sino línea de partida, juntemos fuerzas que el camino viene cuesta arriba, y no olvidemos la ley primera: “los hermanos sean unidos”. Armarse de sabiduría popular: en cualquier batalla no podemos atacar todos los frentes al mismo tiempo, se deben privilegiar blancos y flancos.

La Deuda:

No sé si recuerda Señor Presidente, la pandemia no había comenzado, Usted visitó Francia, corría el mes de febrero del año 2020, el día cinco brindó una conferencia magistral en el Instituto de Ciencia Políticas de París, cuando terminó me acerqué y le obsequié “Proposición poética para anular la deuda externa”, publicado en Francia (versión bilingüe) en 1993[I]. ¿Es un chiste? Me interpeló Usted con una sonrisa al ver la tapa. No me lo permitiría Señor Presidente, mire la dedicatoria: “Estos versos no sirven para pagar la deuda, sí para enaltecer valores”. Puede verificar, por ahí debe andar el libro, en algún estante de alguna biblioteca.

Punta del ovillo, la Soberanía Financiera: hay cientos de prioridades, pero como decía mi madre “si no tenés para comer no hay poesía que valga”, hablaba su propia experiencia de las hambrunas en Rusia, años veinte del siglo veinte. La sabiduría popular también nos enseña que para desenredar el ovillo hay que encontrar la punta. Todos coinciden, la famosa “restricción externa” constituye un nudo central. Claro que no todos comprenden el lenguaje deshidratado que disimula emociones y pasiones, por eso debemos re inyectar sangre y sentido en el lenguaje, hablemos de “soberanía financiera”, disipa el humo, aporta sentido: sin recuperar soberanía financiera, sin manejar nuestro propio bolsillo, seguiremos condenados a perder las monedas que juntamos.

Y los pueblos del mundo responden… Debemos retomar la iniciativa, esta es una pelea de fondo, la manera de pararse es un factor determinante en el desarrollo del combate, para eso se inventaron los estribos, para no caerse del caballo, aunque parezca mentira ese pequeño objeto fue esencial para el desenlace de numerosas batallas en la edad media[II]. Frente al FMI, los fondos de inversión, las agencias de notación y otros SEFIKILL [III] de pelambre diversa, debemos adoptar una postura de combate firme, no caerse a la primera embestida. Entonces, Señor Presidente, ensillemos bien el pingo y a dar pelea. No se trata de una “negociación” entre gente respetable para llegar a un acuerdo, para Ellos imponer, aplastar y negociar son sinónimos. Esta es una batalla con armas letales no convencionales: lobbies, presiones, extorsiones… Joseph Stieglitz explicó recientemente la movida de banqueros made in USA para “para reemplazar o al menos debilitar en gran medida a Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional desde 2019 [IV], así son las “negociaciones” en el “mundo de las finanzas”. Infunden miedo, si no pagáis sufrimientos terribles vendrán, y los sufrimientos llegan, miseria a granel, que todos sepan que con Ellos no se juega. La experiencia Griega y el plan de “salvación” (léase masacre) que le impusieron en el año 2012, constituye un triste ejemplo. Yanis Varoufakis, ex-ministro de economía griego, nos relata lo vivido en esos días en su emotiva carta de despedida a Angela Merkel[V], vale la pena leerla para descubrir quién se ocultaba bajo la recatada apariencia de la canciller alemana.

La sabiduría popular es buena consejera, Señor Presidente: “la mejor defensa es un buen ataque”. Habrá que juntar tropa aliada y retomar la iniciativa, lanzar oficialmente un llamado internacional contra la deuda especulativa, y sus consecuencias. Los pueblos del mundo responderán, no lo digo por chovinismo, somos un país querible ¿Vaya a saber por qué? ¿Tal vez porque Argentina es el pulso de múltiples venas en un mismo estuario? He viajado en esta vida, estaba en Atenas cuando el pueblo griego manifestaba contra  la troika[VI] que lo puso de rodillas ¿Sos argentino? Tomá esta bandera, estamos en la misma, por culpa de los mismos… La deuda es impagable, Ellos lo saben mejor que nadie Señor Presidente, arrastran la humanidad hacia un precipicio. Si desean consultar cifras ver el enlace [VII] , podrán comprobar que no somos los peores, ni por el monto, ni por el porcentaje del PBI adeudado. Señor Presidente, la República Argentina debería encabezar una iniciativa mundial contra la Deuda Triple i (injusta, ilegítima, impagable)[VIII]. Numerosas asociaciones civiles ya iniciaron esa lucha, se trata de un combate ético, por la justicia, contra la miseria organizada, por el derecho de los pueblos a decidir sus destinos. No debemos avergonzarnos, no somos nosotros los malos alumnos, son Ellos los culpables, los que armaron sabiamente el endeudamiento, los que impusieron legislaciones para facilitar la especulación, los que construyeron paraísos fiscales para proteger el fruto del saqueo… Si no cortamos por lo sano, el círculo infernal continuará.

En el caso del último préstamo contraído con el FMI por el gobierno de Macri, por un monto de 44.000 millones, ya se ha dicho hasta el cansancio que no se respetaron las normas jurídicas del FMI y que tampoco fue aprobado por el Congreso Nacional, y por si fuera poco esos 44.000 mil millones de dólares no sirvieron ni para inversiones productivas ni para crear empleos, se volatilizaron como por arte de magia, fugados. Entonces Señor Presidente, qué esperamos para plantear bien clarito, sin ofender a nadie, con la calma que confiere la razón: “Señores, por vicios de legalidad suspendemos sine die el pago de la deuda hasta que una investigación, realizada por profesionales competentes, determine la legalidad de la misma”. Y no olvidar los millones de dólares “desaparecidos”, identificar y castigar a los responsables.

Ya verá Señor Presidente, nuestra iniciativa encontrará ecos favorables… ¡Al gran pueblo argentino salud!

La casa

A ella se referían los antiguos griegos cuando hablaban de “economía” (oikos: casa, oikonomía: dirección / administración de la casa). Convengamos Señor Presidente, que una de las prioridades de la casa es que sus moradores coman. Este es un país que produce y exporta comida, es inconcebible que haya millones de compatriotas que sufran hambre. Los equipos de gobierno y especialistas en el tema, tendrán más ideas que este viejo poeta sobre las medidas a implementar para combatir el hambre, pero no asombrarse por la dispersión del caudal electoral si no se atiende la casa como se debe. El pueblo no espera que le pongan la cuchara en la boca, el pueblo supo inventar a lo largo de su historia innombrables formas de resistencia. Los merenderos y comedores populares son una de esas formas, las diversas iniciativas y emprendimientos de la economía popular, también son formas de resistencia. No se trata de “asistencialismo” como pretenden los defensores de la “casa para pocos”, se trata de que el estado atienda las necesidades básicas de los habitantes, apuntalando al mismo tiempo sus economías de resistencia.

Si las casas familiares se desmoronan será muy difícil consolidar la casa nacional, el cuidado del medioambiente es una prioridad, pero el círculo vicioso de la deuda fagocita todo. Para pagar producir divisas a cualquier costo, mega minería que contamina aguas, producción industrial de soja que destruye fertilidad de suelos, fumigando glifosato, envenenando humanos pulmones y napas freáticas. Para exportar la soja transformaron el Río Paraná en hidrovía, lo dragaron hasta perforar sus tripas, la hidrovía devino hidromuerte, tramos del río son ahora vía muerta, con peces asfixiados y pescadores que ya no son. No alcanzan lágrimas para llorar ni elevar el caudal. Ver las excelentes notas de Mempo Giardinelli al respecto[IX]. ¿Y qué hacen con las divisas producidas a ese costo? Pagan la deuda, y así seguimos, con casas hambrientas y medioambiente arrasado.

Los llamados neoliberales, los que atacan las libertades más elementales del ser humano en nombre de la libertad, deben comprender que la economía es antes que nada el funcionamiento de la casa, antes de ser un problema financiero es una cuestión ética, de dignidad… La “teoría del derrame” [X]ya mostró que no funciona. Los ricos cada vez más ricos, no derraman sus riquezas en inversiones productivas, sino en manipulaciones especulativas. “L’argent apelle l’argent”[xi](la plata atrae la plata) dice una canción popular africana. La economía debe estar al servicio de la dignidad humana, no la dignidad humana al servicio de la economía.

¿Y la casa Universal? Si no cambiamos de manera de pensar y de actuar se seguirá degradando, tal vez ya sea tarde. No habrá planeta sano con naciones y pueblos enfermos. El recalentamiento climático es una alerta roja, podemos observar las catástrofes que provoca. Un desafío a la inteligencia humana ¿Podremos entender algún día que somos parte de un gran equilibrio, que no somos dueños de la naturaleza sino parte de la misma? ¿Podremos pasar de relaciones de opresión y explotación a relaciones de fraternidad y solidaridad entre humanos?

Soy consciente de mi inocencia, que la realidad es muy compleja, que no es fácil gobernar un país, pero también soy consciente de que sin un cambio cualitativo, sin una refundación del edificio llegaremos a un callejón sin salida. Disculpe la sinceridad Señor Presidente, sé que usted prefiere los cambios graduales, pero la gradualidad tiene sus límites, casas se van desmoronando, hambreando, inundando… el tiempo no espera.

Imagen: León Ferrari. Dad (de la serie Electronicartes), 2002

La palabra

Así vamos, así va el mundo Señor Presidente, tiempos y cumbres borrascosas, no me refiero a la famosa novela de Emily Brontë, sino a las cumbres de la ONU, del G20, de la COP 26… Ya ni siquiera se entienden las siglas. “Llamar a las cosas por su nombre”, otra vieja enseñanza de buen sentido. Claro que el lenguaje es a menudo manipulado, no para mostrar la realidad sino para ocultarla. Llaman “libre mercado” a un entramado que no tiene nada de libre, “volatilidad de precios” a la especulación financiera, “optimización fiscal” a la evasión impositiva… Deformación del oficio pensará Usted, este viejo poeta está obsesionado por el lenguaje, y no se equivoca, el lenguaje es más importante de lo que muchos creen. Recientemente hubo un debate sobre si hubo o no hubo ajuste. El término se refiere al “ajuste estructural”, terminología creada por el FMI para designar la dosis letal de medidas que imponen a los países sometidos a su tratamiento: reducción del gasto público, privatizaciones, y el resto, con las desastrosas consecuencias que son ampliamente conocidas. La gente no entiende ese debate, porque la gente ya “está ajustada”, con salarios raquíticos, sin trabajo, con hambre… Acercar las palabras a la verdad, no es cuestión secundaria, también tiene que ver con el caudal electoral.

La batalla del lenguaje existe y es fundamental, sin dar esa batalla, sin combatir la manipulación que hacen del mismo los poderes dominantes, perderemos las batallas en los terrenos, económico, social o político. La batalla por el sentido que se le asignan a palabras y expresiones se presenta en cotidianos espectáculos, las imágenes / logos / emojis… con su fuerza simbólica, se asocian a los lenguajes existentes, confiriendo una nueva dimensión a las formas de comunicación. Las “fake news”, noticias falsas, mejor dicho falseadas, irrumpen, contaminan medios, prensa, redes, blogs… También irrumpe la pos verdad (post truth), se fabrican verdades a pedido. La instrumentalización política de las grandes bases de datos, el célebre big-data, deviene una actividad rentable. Cuando se vuelve difícil distinguir la verdad de la mentira, significa que “algo” muy grave está pasando.

Para que los hombres dialoguen, se entiendan y convengan las formas sociales y normas jurídicas que les permitan convivir, necesitan palabras para pronunciar el mundo sin confusiones, necesitan que libertad sea libertad, que justicia sea justicia, que humanidad sea humanidad, palabras para nombrar objetos, seres, sentimientos… El significado atribuido a esas palabas es fundamental, por eso el lenguaje se convierte en un campo de batalla entre diversas concepciones del mundo. Batalla menos visible que otras, pero no menos fundamental para decidir en qué tipo de sociedad queremos vivir, basada en qué tipo de relaciones entre los humanos y con la naturaleza. Batalla que se agudiza en momentos de crisis como el que estamos atravesando[XII]

Disculpe si he sido un poco extenso Señor Presidente, estas líneas fueron escritas con respeto y esperanza de que contribuyan a la lucha de nuestro pueblo por su felicidad en un mundo mejor.

Se despide de Usted con un abrazo fraterno

José Muchnik

París, 9 de octubre de 2021.

*Poeta y antropólogo.

Referencias:                                                                    

[I] “Proposición poética para anular la deuda externa: quién debe a quién”, 2da edición, 2021, éd. CICCUS, Buenos Aires.

[II] Lynn White : Medieval technology and social change, 1962, Oxford University Press.

[III] SEFIKILL: SErial Financial KILLers, 2015, éd. CICCUS, Buenos Aires.

[IV] “https://www.infobae.com/economia/2021/09/27/el-premio-nobel-que-apadrina-a-guzman-denuncio-un-golpe-de-estado-contra-la-jefa-de-fmi/

[V] https://jacobinlat.com/2021/09/26/yanis-varoufakis-se-despide-de-angela-merkel/

[VI] Troika: Así designaron a la instancia compuesta por el FMI, el BCE (Banco Central Europeo) y la CE (Comisión Europea) que impuso el plan de austeridad en Grecia.

[VII] https://datosmacro.expansion.com/deuda

[VIII]La Tecla Ñ: https://lateclaenerevista.com/la-deuda-triple-i-injusta-ilegitima-impagable-por-jose-muchnik/

[IX Mempo Giardinelli: https://www.pagina12.com.ar/370982-el-rio-el-bosque-y-la-ceguera

[X] “Trickle – down theory” en inglés. Es la teoría que propone reducir los impuestos a las empresas y a los sectores de mayores ingresos. La concentración de riqueza así producida, debería traducirse en mayores inversiones y creación de empleo, beneficiando al conjunto de la sociedad.

[XI] Famosa canción africana del compositor congolés Pamelo Mounk’A

[XII] https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Escuela/23/JoseMuchnik01/


Fuente: La Tecl@ Eñe

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