• 16 de abril de 2024, 3:06
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Son los medios ¡Estúpido!

Por Carlos Caramello*


“Una prensa cínica, mercenaria y demagógica acabará dando forma con el tiempo a un pueblo tan vulgar como ella misma”.

Joseph Pulitzer

 

Son los medios de comunicación. La verdadera y única oposición hoy, son los medios. Casi todos, además. O, al menos, la mayoría. Los dueños de la pelota han descubierto que, otra vez, se equivocaron con la elección del candidato (ya les había pasado con De la Rúa) y entonces vuelven su mirada hacia esa extravagante alianza entre medios de comunicación escritos, audiovisuales y on line. Propaganda modelo siglo XXI. Posmodernidad goebbeliana. 

El Gobierno enfrenta una guerra con los poderes fácticos que no se resignan a perder ni un poquito de todo lo que consiguieron en cuatro años. Y los medios son la mejor arma de esos poderes. Porque ya ni siquiera “te atacan como partido político y se defienden con la libertad de prensa”, querido Chacho Jaroslavsky. No tienen ni ese prurito. Te atacan. Punto. Y te vuelven a atacar. Y no les importa nada. Los mismos tipos que en el año 2006 presentaban un Código Deontológico del Periodismo en el Primer Congreso Nacional de Ética Periodística, hoy son capaces de avalar la más vulgar patraña o, peor, de participar en las oscuras operaciones de Law Fare sin que se les mueva un pelo (claro, algunos no tienen pelo).  

Es una guerra sin cuartel. Sin Cruz Roja. Sin tratado de Ginebra... Contra un ejército que no toma prisioneros (aunque tiene presos políticos e incorpora traidores). Y si no se actúa en consecuencia, es una guerra perdida. El nivel de desigualdad es brutal. David contra Goliat… Y aclaro que David sólo ganó en la Biblia, que no deja de ser un relato, ergo, una herramienta de divulgación.

El presidente Fernández explica estas cuestiones de la Comunicación Política desde hace 6 años en la Universidad Camilo José Cela de Madrid y ha sido jefe de varias campañas políticas exitosas… pero esto que enfrenta hoy, es la guerra. Los editorialistas -tanto los grandes columnistas como de los opinadores liliputienses-, lo percuden a diario. Los temas: Seguridad, Jubilaciones, Retenciones (todos negocios de las grandes corporaciones multinacionales o demandas del FMI).

“Voy a hacer un gobierno de gestión, no de marketing”, dijo Kicillof al asumir. Y le contestaron con Más Marketing. "En lugar de negociar, el macrismo decidió hacer un show mediático", explicó el gobernador de Buenos Aires la semana pasada, luego de que se cayera la sesión para tratar la Ley Impositiva. ¿Qué esperaba? Gobernaron cuatro años coucheados, con protección de los medios y sin la menor intención de hacer política. Mientras Axel y equipo negociaban con los senadores de Cambiemos, María Eugenia Vidal emprendía su “luna de miel” en París: la entrevista “robada” a Mariu y a Quique en Ezeiza era mucho más importante que el futuro de 17 millones de bonaerenses, muchos de los cuales estaban más preocupados por esta nueva pareja que por su propio devenir. 

A ver: ¿Qué no se entiende? Al fuego se lo combate con agua. O con espuma. O con arena. Si salís a “dar leña”, avivás el fuego. Lo que no avivás es a la enorme mayoría de cándidos que compran la historia romántica mientras esa pantomima de amor se los “devora de atrás, hasta el riñón”, como decía usted, maestro Cátulo Castillo. Carne de Cañón en esta guerra que pelea sus primeras batallas.

¿Qué hacer? ¿Construir un ejército de proporciones similares? Difícil. Y más difícil entrenar a sus integrantes en la disciplina y el acatamiento a las órdenes como ellos. Hay que hacer guerra de guerrillas. No una gran concentración sino miles de células operando aisladamente pero con un objetivo común. A los 300 medios concentrados hay que oponerles 30.000 medios independientes/militantes: radios,  redes, cine, TV, diarios y revistas. Hombres y mujeres contando historias de hombres y mujeres: de amor, de traición, de sufrimiento y de goce. Historias contadas con sencillez, con emoción, con simpleza. Historias entendibles con las que alguien pueda identificarse. Mensajes al corazón, a los sentidos. Y, en todos y cada uno de ellos, la defensa de una política pública, de un programa, de una acción de gobierno. Que florezcan mil relatos, ¿no Néstor?

Hay que lograr la “campaña Clío” de la Comunicación. El mano a mano. El cara a cara. Usar medios alternativos, locales, pequeños, resilentes. Medios que se la han jugado los últimos cuatro años, sin pauta, sin acompañamiento. También en la Comunicación hay que empezar de abajo. Asistiendo y atendiendo a los que menos tienen, a los que más necesitan. Y no sólo con los recursos del Estado, que son imprescindibles. Sobre todo con la presencia de los dirigentes, de los ministros, del propio presidente. Y con el nutriente de la información y la formación. Menos fama y más mensaje.

No alcanza con reconocer derechos si quien recibe ese reconocimiento no comprende su valor. No alcanza con ofrecer salidas si quien las necesita no aprende a ir hacia ellas. Son demasiadas las experiencias mundiales de sociedades que terminan votando contra sus propios intereses precisamente porque no se les dice-explica-enseña cuáles son esos intereses o, lo que es peor, porque se financia a medios que les inculcan otros intereses.

Los dueños de la pelota atacan con sus mejores armas y, como ya fracasaron con un peronista (de derecha), con un radical (de derecha) y con un empresario (de derecha… bah, casi todos son de derecha), seguramente están entrenando a una o un mediático de derecha para que los represente en las próximas elecciones porque, no sé si se dieron cuenta pero: Son los Medios… ¡Estúpido!

* Historiador. Analista político

Foto: Eleuteria

Fuente: Liliana López Foresi

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