Para comenzar quisiera ser preciso en algunos temas, aunque no espero ser bien entendido en todas partes.
Lo que está mal, está mal. ¡Y listo! No es posible que si lo hacen “los otros” sea perverso, pero si lo hacen “nuestros” no está tan mal. Pero esto vale para nosotros y también para los otros. Ciertamente.
Hace varios años me invitaron a dar una charla. Me interesaba el tema. Pero como sería financiada por el gobierno de Formosa no quise “quedar pegado” con quienes no me resultaba – por lo menos – transparente.
Tengo la peor impresión de Félix Díaz. Incluso, la hermana de un amigo, muy militante ella, nos ha dado opiniones muy diferentes y con muchos elementos favorables del gobierno de Formosa, donde ella vive.
No me cabe duda que desde hace tiempo la prensa hegemónica tiene puesta su mirada siempre perversa sobre esa provincia, y resaltará lo negativo y ocultará lo positivo. Y esto me hace recordar una frase que decía irónicamente mi mamá: los obispos, antes que la Biblia, leen La Nación y Criterio y desde ahí piensan y hablan.
Hubo una repudiable represión en Formosa. Y repudiable es ¡repudiable! Aunque los manifestantes hayan sido motivados por la oposición (insisto que, con frecuencia, es común que la oposición insista: “¡coraje!, ¡vayan!” y celebrará, encubiertamente, los muertos y reprimidos que luego les servirán de bandera). Pero nada de esto quita que la represión haya sido repudiable.
Ahora bien, ante este hecho repudiable, la Conferencia Episcopal Argentina envió una carta al obispo de Formosa manifestando su dolor y preocupación por la represión ante los que manifestaron por “la plena vigencia de sus derechos” (sic). Acá no voy a aludir a la represión de la dictadura cívico-eclesiástica-militar, porque dirán (lo dijeron) que estaban sus “hermanos mayores”, no los actuales obispos.
Durante el macrismo, las represiones fueron frecuentes. Muy frecuentes. Un ejemplo evidente fue la violencia policial desenfrenada, con verdaderos robocops intimidantes, contra cualquiera que pasara el día que se votó la ley previsional. Presos, heridos, balas de goma, gases lacrimógenos y gas pimienta, motociclistas pasando por encima de personas en la calle, para poner un ejemplo.
Durante el velatorio de Diego Maradona, la policía de la ciudad de Buenos Aires reprimió, e hirió a muchísima gente. De nuevo balas de goma, y parafernalia represiva.
Para no hacer referencia a Santiago Maldonado, a Rafita Nahuel, o el elogio de Chocobar por mencionar los casos más emblemáticos de otros muchos que todos los que queremos mirar conocemos.
¿Y la Conferencia Episcopal Argentina? Callada. Como corresponde al “honestismo” que debe solo mostrarse ante los espectadores hegemónicamente establecidos. Porque, si hubieran denunciado o manifestado dolor ante todos aquellos actos violentos, lo de Formosa hubiera sido totalmente razonable y coherente. Pero ver hoy esta declaración, contrastante con el silencio anterior, me hace firmar y aplaudir lo que dice un amigo cura: “se les ve demasiado el hilo de la careta”.
*Teólogo. Miembro del Grupo de Curas en Opción de los Pobres.
Fuente: Blog 2 de Eduardo de la Serna