Publicado el Mar 11, 2020 | Política
El fin de la Superliga es un hecho, que se va a consumar esta semana cuando el Comité Ejecutivo de AFA decida la creación de la “liga profesional”, una oficina que estará dentro de la propia AFA y que será presidida por Marcelo Tinelli, que se ocupará de los campeonatos de primera división.
La Superliga nació en 2017 por las presiones del gobierno de Mauricio Macri, luego de la intervención en AFA (en la que el expresidente de la República tuvo mucho que ver y donde empezó a cultivar su amistad con Gianni Infantino, que lo llevó a ser ahora el presidente de la Fundación FIFA) y tenía como propósito que los clubes se convirtieran en Sociedades Anónimas Deportivas y fueran vendidas a amigos de Macri, tanto nacionales como internacionales, entre ellos el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, al que la familia Macri le había vendido el negocio de los peajes en la Panamericana.
Esta idea copiada de la Liga Española y hasta se trajo al presidente de la misma, el costarricense Javier Tebas que les dio clases a los dirigentes, sobre las maravillas económicas que iban a lograr sus clubes, separando el campeonato de la asociación. Habló de sponsors a nivel Mundial y derechos de televisación millonarios en dólares, por lo que impuso que se juegue un partido importante los domingos a las 11 de la mañana, para vender los derechos a Europa.
Por otro lado, Macri incumpliendo su promesa de campaña terminó con el fútbol para Todos en menos de un año y para pagar la deuda con los clubes (que estaban todos fundidos) impuso que se aprobara la Superliga. Los derechos se vendieron a un holding armado por dos empresas norteamericanas (justo 6 meses después de la visita de Obama que entre su séquito trajo a Turner en ese momento el dueño de TNT) que ganaron la licitación ofertando menos dinero que la otra americana Espn y que la española Mediapro. Para eso tuvo mucho que ver el grupo Clarín que mandó una carta documento a AFA diciendo que si no ganaban Fox y TNT iba a ir a la justicia a reclamar por los derechos sacados por Grondona en 2009 para entregárselos al Gobierno de Cristina Kirchner en lo que fue el fútbol para todos.
A tres años vista de aquella situación y por la disparada del dólar, que en el momento de la licitación estaba a 16 pesos y ahora ronda los 64 pesos los 3.200 millones de pesos anuales con que ganó la licitación se devaluaron de una manera tremenda pasando de ser 200 millones de dólares a anuales a un poco más de 50 millones de dólares anuales, con lo que Argentina pasó a ser uno de los países de la región que más barato cobra los derechos de televisión (porque los demás los hicieron en dólares y acá no hubo una forma de indexación al valor de la moneda de Estados Unidos).
El otro tema fue el de las sociedades anónimas deportivas, se pensó que ahogando financieramente a los clubes se los iba a obligar a la reconversión, pero encontraron una resistencia muy fuerte y ninguno dejó de ser “Asociación Cívil sin fines de lucro” para pasar a ser “Sociedad Anónima Deportiva”. Es más, San Lorenzo presidido en ese momento por Matías Lammens (actual ministro de turismo y deportes) puso en sus estatutos la prohibición de convertirse en sociedad anónima y otras, aunque no lo escribieron también lo hicieron notar.
Lo cierto es que aquí pesó la historia, porque en 130 años de fútbol argentino fueron muy pocos los clubes que desaparecieron (desde el profesionalismo en 1930 ninguno o solo Deportivo Español, que se convirtió en Social y Deportivo Español) y muchas las sociedades anónimas que dejaron de existir, por lo que no se quisieron arriesgar a desaparecer para que algunos empresarios hagan su negocio.
Así las cosas Claudio “Chiqui” Tapia volvió a mostrar su cintura política y logró juntar a los dirigentes para adaptar un nuevo estatuto y rescindir el vínculo con la Superliga, que ya no tendrá razón de ser. También conseguirá seguir como presidente hasta 2025, por lo menos, porque con el cambio de estatuto (que será en mayo) habrá llamado a elecciones y con lista única. Con esto se sacan todas las reglamentaciones “neoliberales” impuestas por Macri y a Daniel Angelici, el expresidente de Boca, quien todavía es vicepresidente de FIFA, porque hizo figurar en el estatuto que el presidente y vice de AFA, no dependen de sus clubes.
Tapia va a repartir cargos entre los cinco grandes (River y Boca tendrán cada uno una vicepresidencia), Independiente y Racing se repartirán tesorería y Secretaría y como dijimos Tinelli presidirá la Liga Profesional, que tendrá que confeccionar el nuevo campeonato, pero también negociará con la televisión y conseguirá Sponsors.
En el caso de la televisión no volverá por ahora el “Fútbol para Todos” pero la televisión pública tendrá entre dos y tres partidos, por una cláusula del contrato donde los canales tienen que “liberar” dos o tres partidos. La cosa está más tirante con Fox (ahora comprada por Disney) que con TNT y algunos dicen que le van a rescindir el contrato a la primera de las cadenas. La idea es “reflotar” la señal “AFA” que había soñado Julio Grondona y que quedó en la nada.
El otro tema es el de los campeonatos. En un disparate reglamentario se decidió bajar los descensos de 3 a 2, habilitando una promoción entre un equipo de Primera y otro del Nacional B (ahora llamado Primera Nacional, porque nadie quiere ser de la B) y seguir un año más con 24 equipos para bajar a 22 y volver a los 20. No sería descabellado pensar que el próximo campeonato sea de un año y medio, para salir del calendario europeo (de Julio a Junio) y volver al Americano (año calendario) porque ahora están contramano de todo el resto de Sudamérica.
Esos son detalles que se van a arreglar en los próximos meses, pero lo cierto es que de lo que pensó Macri y su gente, no quieren dejar nada en pie.
Fuente: Liliana López Foresi