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¿Dos Iglesias?

Por Eduardo de la Serna*


El diario La Nación de hoy (10 de marzo 2019) comentando la segunda tanda de visitas “Ad limina” de los obispos argentinos, comenta que el presidente de la CEA, Oscar Ojea, le entregó al Papa una carta:

«El mensaje -entregado por Ojea al Papa al comenzar la reunión a las 9.30 local (4.30 de la Argentina) en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano- menciona el golpe que significó para la Iglesia el debate sobre el aborto legal impulsado el año pasado por el Gobierno. "La instalación del debate del aborto nos hizo a los argentinos mucho mal y si bien intentamos llevar adelante el debate con claridad, pero sin agresiones, nos hemos visto sorprendidos porque un gran número de jóvenes -incluso de nuestros colegios- están militando por el aborto, manifestando en algunos casos un gran enojo con la Iglesia", afirman, alarmados.» (https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/de-crisis-al-aborto-obispos-argentinos-manifestaron-nid2246428).




Esta foto de Iglesias es cortesía de TripAdvisor

Así lo afirma La Nación, un órgano de presión que alguna vez fue periodístico, pero que sigue siendo “palabra santa” para más de uno en Argentina (varios obispos y clérigos incluidos). En una excepción a mi actitud habitual frente a algo escrito desde esa usina, voy a suponer que el texto es cierto. Y, entonces, me pregunto:


El 23 de febrero de 2018, cuando el tema del aborto se puso en el centro del debate nacional, la Conferencia Episcopal propuso un “diálogo sincero y profundo”. Ahora resulta que hay enojo y que el debate “nos hizo mucho mal”.  Algo no me resulta coherente.


Pareciera que lo del “diálogo sincero y profundo” resultó una frase políticamente correcta para no parecer dinosaurios, pero que en realidad había enojo y malestar. ¿Del tema “no se habla” y eso es mucho mejor? ¿Cuál es la verdadera actitud eclesiástica? ¿La que con serenidad se abre a un “diálogo sincero y profundo” o la que considera que ese debate “hace mucho mal”? Lamentablemente, tengo mi opinión al respecto. Y quisiera que, alguna vez, la jerarquía eclesiástica, asuma que vivimos en una sociedad laica, donde es razonable escuchar las voces desde la sensatez, aunque pensemos distinto, pero que “Ecclesia locuta, causa finita” (parafraseando un dicho eclesiástico) no es un hecho en la Argentina del s.XIX. Algunos hermanos parece que atrasan.


* Teólogo. Sec. del Grupo de Curas OPP

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