• 25 de abril de 2024, 7:50
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El salario del miedo

Por Ana Pérez del Cerro*

Para quien tiene miedo, todo son ruidos"Sófocles


           

Miedo de ver una patrulla policial detenerse frente a la casa.

Miedo de quedarme dormido durante la noche.

Miedo de no poder dormir.

Miedo de que el pasado regrese.

Miedo de que el presente tome vuelo.

Miedo del teléfono que suena en el silencio de la noche muerta.

Miedo a las tormentas eléctricas.

Miedo de la mujer de servicio que tiene una cicatriz en la mejilla.

Miedo a los perros aunque me digan que no muerden.

¡Miedo a la ansiedad!

Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.

Miedo de quedarme sin dinero.                    

Miedo de tener mucho, aunque sea difícil de creer.

Miedo a los perfiles psicológicos.

Miedo a llegar tarde y de llegar antes que cualquiera.

Miedo a ver la escritura de mis hijos en la cubierta de un sobre.

Miedo a verlos morir antes que yo, y me sienta culpable.

Miedo a tener que vivir con mi madre durante su vejez, y la mía.

Miedo a la confusión.

Miedo a que este día termine con una nota triste.

Miedo a despertarme y ver que te has ido.

Miedo a no amar y miedo a no amar demasiado.

Miedo a que lo que ame sea letal para aquellos que amo.

Miedo a la muerte.

Raymond Carver, Miedo

 

Hablar del miedo implica partir del miedo como una sensación inherente a cualquier animal, incluido el hombre

A partir de ello, se nos presenta todo el universo humano del miedo que recorre Carver en su poema.


Para Hobbes, el miedo y la muerte son inseparables. "El miedo nos impulsa al contrato social y luego nos impide salirnos de él; en otras palabras, por miedo pactamos y nos subordinamos a un poder absoluto, pero también por miedo permanecemos en la observancia de la ley", dice  Carlos Bührle  explicando a Hobbes.

“La palabra miedo procede del latín metus, sus antecedentes griegos son fobos y deos. El primero fue utilizado hasta Homero para describir la huida en batalla, su símbolo estaba presente en los escudos de la diosa Atenea y del rey Agamenón en la Ilíada. Según la mitología, Fobo es hijo de Ares, el guerrero supremo, y lo acompaña en la batalla para hacer huir a sus enemigos. Posteriormente, Aristóteles ya utiliza el término fobos para referirse al miedo, que en sus obras define como un pathos (emoción) de la psique (alma). Platón es quien utiliza deos (temor) como término contrario a la valentía en uno de sus diálogos (Laques).” José Vives – Rego

Para E. Fromm, la enajenación es “un modo de experiencia en que la persona se siente a sí misma como un extraño”; para Feuerbach “el hombre enajenado pone su verdadero ser fuera de sí”. Por ende, el miedo puede colocar a un individuo o a toda una sociedad en un estado de vulnerabilidad y, a la vez, de violencia como mecanismo defensivo o reactivo.

A esta altura podría decirse que el ‘miedo’ es una herramienta que el poder hegemónico puede aplicar con eficacia para imponer el statu quo si no existe una conciencia colectiva que logre desmontar el aparato del miedo inducido.

En las últimas semanas  reaparecieron en algunas pantallas  televisivas , una serie de crímenes que  involucran menores; ciertos hechos atribuidos a supuestos grupos anarquistas y el consecuente pedido de ‘mano dura  por parte de una población que se siente amenazada y que, si bien habla de un Estado ausente, no percibe el juego que hay detrás.

Por otro lado, lxs trabajadorxs despedidxs sienten miedo ante la dificultad para conseguir otro y quienes lo tienen manifiestan el temor a perderlo, condiciones ‘ideales’ para aplicar el ajuste que sume en una incertidumbre tóxica a un país que tiene conculcada su soberanía por un siglo.   

Más allá del miedo, el abismo para quienes no tienen nada .

El presente y el futuro parecen una misma pregunta.  Habrá que buscar respuestas y desalentar a los fantasmas.    


* Semióloga

Foto tomada de https://sp.depositphotos.com/170053212/stock-illustration-allegorical-form-of-a-man.html

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